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Acuerdo Economico Mercosur Unión Europea

Diego Días & Mabel Álvarez / 14/08/2019


En síntesis, el Mercosur y la Unión Europea proyectan la eliminación de aranceles, restricciones y regulaciones de las exportaciones e importaciones, pero todavía hay detalles que ajustar en cuanto a los productos que estarán incluidos dentro del acuerdo de libre comercio, algo que va a dar mucho que hablar a lo largo de todo este proceso de adecuación. 

Para el especialista en relaciones internacionales Carlos Olmedo Colarte, la consolidación de un pacto entre ambos mercados responde a la necesidad que tienen la Unión Europea y América Latina de hacer contrapeso a la guerra comercial entre EE.UU.-China continental, conflicto que hace ya bastante tiempo tiene acaparada la agenda política y económica internacional. Al mismo tiempo, es un mensaje al resto del mundo de que el libre mercado no va a dejar tan fácilmente que el modelo económico proteccionista vaya desarrollándose a tiempo récord. “Hay que tener en cuenta que tanto Argentina como Brasil tienen sus motivaciones particulares para cerrar este acuerdo, en el primer caso hay una finalidad electoralista para resaltar la tarea de Mauricio Macri en un contexto económico desfavorable, y en el caso brasileño se busca afianzar la línea liberocambista que caracteriza al actual ministro de economía Paulo Guedes”.

Más allá de las posiciones estratégicas en la política internacional, y marchando hacia lo concreto, la interrogante común sobre el acuerdo entre el Mercosur y la UE es ¿qué sectores serán los verdaderos beneficiados y cuáles serán los perjudicados? Obviamente no hay una sola respuesta, para el especialista en términos generales la ampliación y liberalización de los mercados hace que los sectores más competitivos se sientan a gusto, mientras que a los menos competitivos les genera sospecha. “En ambos lados del Océano Atlántico existen grupos a favor y en contra. Los agroganaderos y ambientalistas del bando europeo se autoperciben como perdedores en este acuerdo, y en Latinoamérica la industria automotriz, los productores de maquinarias y la industria farmacéutica elevan voces de protesta”, dice Olmedo Colarte.

Actores políticos como el candidato opositor para la presidencia de Argentina, Alberto Fernández había manifestado su preocupación por la industria automotriz y el sector farmacéutico argentino, así como la posibilidad que existe de reprimarizar la economía sudamericana con el acuerdo entre el Mercosur y la UE. En el caso europeo, es Francia quien contiene a sectores que se resisten al nuevo pacto, como por ejemplo los que están ligados a la agricultura, quienes deberán competir con la producción brasileña, argentina, paraguaya y uruguaya. “A primera impresión el tratado podría ser beneficioso para el Mercosur porque reduce su dependencia de EE.UU. y China al abrir las puertas de un mercado interesante para la exportación de nuestros productos agrícolas y ganaderos”, apuntó Olmedo Colarte.


El acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur ofrece la oportunidad de aprovechar un espacio económico conformado por 800 millones de habitantes, un PIB conjunto que equivale a una cuarta parte del PIB mundial, US$ 100.000 millones de dólares de movimiento comercial y un PIB per cápita de US$ 34.000 por año.


Según la calificadora Moody’s, los grandes beneficiados dentro del Mercosur serían Uruguay y Paraguay por tener economías abiertas y pequeñas, a diferencia de Brasil y Argentina. No obstante, para capitalizar el tratado lo más que se pueda hay que tomar algunas medidas. “El sector privado debe estar a la altura de la demanda creciente y sostenida de un gran mercado como es el de la UE con productos que reúnan los estándares de calidad y seguridad basados en las normas internacionales”, sostiene Aida Romero, directora del departamento de Información y Notificación de Comercio Exterior del Ministerio de Industria y Comercio. A criterio de Romero, para que las empresas exportadoras brinden mayor calidad deben invertir en recursos humanos especializados en obstáculos técnicos al comercio, que sean capaces de aplicar conceptos acordados de la negociación relacionados a normas como el Codex alimentarius de las Naciones Unidas, normas de la Organización Internacional de Normalización (ISO), normas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), normas del Comité de Electromecánica Internacional (IEC). Y que en el caso de que no puedan cumplirse, podamos acceder a un trato diferenciado (con justificaciones razonables), algo permitido para miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que el acuerdo Mercosur-UE reconoce.

“Tenemos empresas que exportan a Europa productos de primerísima calidad, las cuales dieron importancia a la seguridad, cumplieron las demandas técnicas y el volumen requerido en tiempo y forma. Estas empresas lograron superar obstáculos y ajustaron sus niveles de contaminantes de aflatoxinas generadas en el transporte marítimo por la humedad en los contenedores, así como eliminaron las trazas de residuos de plaguicidas para mantener y consolidar la inserción en los mercados europeos”, resalta. Asimismo, Romero ubica como exigencias fundamentales aquellas que la UE incluye en sus medidas sanitarias y fitosanitarias relacionadas con la inocuidad de los productos, que requerirá la aplicación sostenida de buenas prácticas agrícolas en la producción primaria y la verificación de trazas de plaguicidas.

Para Paulo Duartepresidente de la UIP Joven, el principal desafío de nuestras industrias va a ser adaptarnos a esos mercados tan exigentes, donde la calidad y la innovación no son negociables, y en los que incluso estos factores pueden no ser suficientes, ya que buscan valor agregado y procesos de producción que impacten positivamente en la sociedad y el medio ambiente. Así también son mercados con pedidos mínimos muy altos, por lo que nuestras empresas, además de comprometidas con el desarrollo de la sociedad civil, deberán tener la capacidad de escalar ya que mantenerse a tono con esta demanda conlleva un gran esfuerzo.


Ajuste de la industria nacional

Para aprovechar esta oportunidad que se abre ante nosotros, Olmedo recomienda que:


- La industria cuente con laboratorios de ensayos para verificar la calidad de sus productos y que éstos estén acreditados ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).


- Que las instituciones públicas involucradas en el ámbito de los obstáculos técnicos al comercio, como el MIC, MAG, MSPyBS, SENAVE, SENACSA, MADES, CONATEL, INTN, ONA, entre otros se modernicen y adquieran recursos humanos calificados, aceleren los procesos administrativos y permitan que los agentes económicos nacionales y extranjeros puedan obtener las documentaciones requeridas en un plazo razonable.


- Solicitar asistencia a la Unión Europea para adecuarnos a las normas requeridas para la exportación de productos de la industria automotriz -incluyendo autopartes-, ya que en el capítulo correspondiente a los obstáculos técnicos al comercio (OTC) se negoció un anexo que da mayores posibilidades para el envío de estos artículos. Lo mismo para productos eléctricos y electrónicos, farmacéuticos y de la industria química.


- Solicitar también asistencia a la Unión Europea en el aspecto ambiental para cumplir con las normas REACH de restricción de productos químicos dañinos.


- Trabajar con la UE en regulaciones de aspecto comercial, social, ambiental, empleando las diferentes metodologías utilizadas en el mercado europeo.


- Asimismo, el nuevo director de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), Mario Romero anunció que para atraer mayores inversiones cuando empiece a correr el acuerdo hay que mejorar los procesos de apertura de cuentas corrientes en el país y los problemas de doble tributación, que aunque en lo aparente parezca algo simple, son detalles que las empresas extranjeras tienen en cuenta al momento de analizar si conviene o no instalarse en un país. Y asegura que “desde Rediex apoyamos a las empresas que quieren aprovechar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea haciendo estudios de mercado, fomentando la participación en ferias internacionales, facilitando los registros de marcas y el cumplimiento de las certificaciones de calidad, etc”.

Al margen de las dificultades que existen, el nuevo director calificó de buena la imagen que brinda el Paraguay al extranjero y muestra de ello son las visitas de comitivas de empresarios portugueses, tailandeses y estadounidenses que tuvimos entre junio y julio del presente año. 


Manuel Ferreira, ex ministro de Hacienda

Esta es una gran oportunidad. Sudáfrica, por ejemplo, después de haber hecho un acuerdo con la UE multiplicó por 3 la inversión extranjera, México lo hizo por 6 y Túnez, un país con un desarrollo parecido al de Paraguay la multiplicó por 12. Son los países con economías más chicas los que pueden aprovechar esto si juegan bien su partido. Se nos abre un mercado de 800 millones de habitantes y tenemos que poner los puntos sobre las íes. ¿Qué nos pueden ofrecer a nosotros los europeos? Tecnología fundamentalmente en todo sentido ¿Qué le podemos ofrecer nosotros a los europeos? Mano de obra barata (que necesitamos capacitar), electricidad abundante y limpia, impuestos bajos (aunque no haya aun acuerdos fiscales con Europa) y seguridad social accesible. Nuestra competencia pasó a ser no solo los países de la región, sino los de Europa del Este, con niveles de educación, productividad y tecnología muy diferentes a los nuestros. Entonces tenemos que ir trabajando en cuestiones como hacer un acuerdo de doble tributación, etc. 



La guerra comercial EEUU-China podría ser también una oportunidad

Más del 30% de las importaciones de Paraguay corresponden a productos chinos (tecnología en su mayor parte). Sin embargo, la inexistencia de relaciones diplomáticas con el gigante asiático hace imposible la exportación de productos paraguayos a ese mercado. En una visita reciente, el Dr. Charles Tang, presidente de la Cámara de Comercio e Indutria Brasil-China y de la Cámara de Comercio Paraguay-China mencionó que la guerra comercial EE.UU.-China ha beneficiado mucho a Brasil, que logró exportar al continente asiático el 90% de su producción de soja. Ahora con el brote de gripe porcina africana, China necesitará nuevas fuentes de proteínas que podrían proceder de la carne bovina, por ejemplo. Sin embargo, Paraguay no puede exportar ni un kilo de su carne por no tener relaciones diplomáticas, lo que hace más difícil realizar inversiones y/o negocios con China.