CODIPSA

Diego Díaz / 21/05/2019

Theodor Rieger

"Tenemos un modelo de negocio que se caracteriza por ostentar un fuerte enfoque social que genera ingresos a gente de escasos recursos del interior del país y brinda un valor agregado a los clientes".


Paraguay es el 4to mayor exportador de almidón de mandioca del Mundo y el 1ro del continente americano. Según datos del Banco Central, nuestro país exportó más de 115.000 toneladas de almidón de mandioca en los últimos cinco años, equivalente a unos USD 62 millones. 

Los principales destinos a los que llega el almidón paraguayo son Argentina, Colombia y Bolivia, siendo Argentina el cliente más destacado desde 2014 por recibir 23.000 toneladas e inyectar casi USD 16 millones a nuestra economía.

La producción total de mandioca en Paraguay cerró 2018 con 3 millones de toneladas. Los departamentos más productivos son Caaguazú y San Pedro con unas 600.000 toneladas cada uno.

La mandioca paraguaya también se vende en estado natural, siendo Brasil nuestro principal comprador. En los últimos cinco años nos ha comprado por un valor de casi USD 2 millones. Le sigue Bélgica muy por debajo con un total de USD 23.000.

El 60% de las exportaciones de almidón de mandioca de nuestro país es producido por Codipsa, la única planta procesadora con tecnología europea en toda Sudamérica.
En 2018, Codipsa utilizó el 70% de su capacidad de procesamiento para producir 60 mil toneladas de este símbolo de nuestra cultura culinaria con relevancia económica internacional. “Nos ubicamos en el cuarto lugar en la lista de mayores exportadores de almidón de mandioca en el mundo. Nuestro país lidera las exportaciones del producto a nivel continental. Otro gran productor es Brasil pero se concentra en su mercado interno”, asegura Theodor Rieger, gerente general de Codipsa, socio del Club de Ejecutivos y presidente de la Cámara Paraguaya de Mandioca y Almidones.

“De exportar 1.000 toneladas por año crecimos hasta alcanzar las 22.000 toneladas anuales. Nuestros productos tienen presencia en todos los países de Sudamérica, en el mercado europeo y en el africano. Logramos proveer a países muy exigentes como EE.UU., Canadá, Francia, Colombia y México”.

Respecto del mercado interno Theodor Rieger comenta a EJECUTIVOS que tanto la Semana Santa como San Juan son momentos del año que marcan puntos de inflexión en los que aumenta la venta del almidón de mandioca, pero que el consumo se mantiene estable y sin grandes diferencias durante el resto del año.

En Semana Santa 2018 Codipsa produjo 1.450 toneladas de almidón de mandioca para satisfacer la demanda interna paraguaya.

Codipsa da trabajo directo a 200 personas y de forma indirecta a 5.000 productores que basan su economía familiar en la mandioca.

Prosperidad para todos

Hace 20 años, cuando Codipsa se iniciaba en la producción de almidón de mandioca a nivel nacional, ya proyectaba convertirse en una empresa que daría oportunidades a los pequeños productores que vivían en Caaguazú.

"Los fundadores vieron una oportunidad en el hecho de que la producción de mandioca aún no estaba desarrollada en esa época y construyeron una planta con capacidad de procesar 100 toneladas por día", expresa Theodore.

"En ese tiempo, producir almidón no era fácil y en muchas ocasiones Brasil compraba directamente la materia prima de Paraguay y la procesaba en su país. Pero con el pasar de los años la industria paraguaya empezó a funcionar mejor".

Cuando el viento sopló a favor, Codipsa inauguró su segunda planta también con 100 toneladas de capacidad por día y amplió la capacidad de la primera a 140 toneladas.


"Nos dimos cuenta de que podíamos desarrollar la producción de almidón de mandioca en Paraguay y a la vez crear más trabajo, por lo que fuimos a San Pedro, uno de los departamentos con mayor necesidad social y pusimos una planta procesadora de 200 toneladas", relata.

Eso no finalizó ahí. El mercado paraguayo quedó relativamente chico, y la empresa decidió apuntar hacia la exportación. Instalaron tecnología europea y pusieron en funcionamiento una cuarta planta de 400 toneladas por día, la única en Sudamérica con tecnología del primer mundo. Aumentaron la calidad y eficiencia de la producción y redujeron costos. “En el proceso de producción del almidón la etapa del lavado es la más importante, ahí se define la calidad del producto. Tenemos un proceso de lavado intenso y nuestros clientes dicen que prefieren la fécula de Paraguay y de Codipsa en particular, porque congenia bien con sus productos”, comenta Rieger.


Certificaciones y premios

Codipsa es la única empresa del sector en Paraguay con certificación de calidad Kosher. También ha sido certificada con: ISO 9001, FDA, Libre de Gluten, Libre de Gluten (por Inglaterra) y Registro Sanitario INAN. Obtuvo el premio al mayor exportador de almidón de mandioca de Paraguay. Premio Cemefi de México a la responsabilidad social. Dos premios del Conacyt a la calidad y a la mejor empresa agroindustrial del sector privado.




Datos curiosos sobre la fécula de mandioca

Toda la que se produce en Paraguay es 100% libre de transgénico.

Tiene más de 600 usos, siendo utilizada en la fabricación de papel, cartón, tejidos, tintas, cosméticos, medicamentos, adhesivos, agroquímicos, e industria metalúrgica.

Es hipoalergénica y no contiene gluten.

Su índice glucémico (46) es inferior al de la papa blanca (85).

Otorga mayor crocancia a los panificados que la harina de trigo.

El término fécula es el correcto pues la fécula es la que se obtiene de tubérculos, rizomas, tallos o frutos. El almidón se extrae de los granos de los cereales.

La mandioca es la séptima mayor fuente de alimentos básicos del mundo.

El nombre yuca deriva de juka (matar en guaraní) término con el que los guaraníes alertaban a los extranjeros de no consumir la mandioca cruda.

Además de mandioca y yuca, este tubérculo se conoce por los nombres cassava (países anglosajones), guacamote (México), aipim y macacheira (Brasil), mhogo (África).

“El negocio de la mandioca en la región funciona en ciclos. Cada tres o cuatro años, más o menos, hay mucha producción de mandioca y el precio baja, luego la producción merma y posteriormente vuelve a subir. Por ejemplo, si el precio de la mandioca a nivel mundial está en USD 60 por tonelada serían como G. 350 el kilo. En los últimos dos o tres años tuvimos un precio súper alto, entre G. 500 y G. 600, esto significa que se habrá plantado mucha mandioca en Brasil, en Paraguay y Argentina. Entonces habrá una sobreoferta de materia prima, lo cual podría traer una baja de precios”, explica el ejecutivo.

“Lo que pretendemos hacer como empresa y como Cámara Paraguaya de Mandioca y Almidones (Capama), es fortalecer la imagen de ser el principal productor y exportador de almidón de mandioca en América. Para poder lograrlo necesitamos calidad en el producto, constancia en la producción y competitividad. Creo que en calidad estamos bastante bien encaminados, la disponibilidad de la mandioca debe ser completa durante los 12 meses del año, y hay que mantenernos en puja con el almidón de Brasil y de Tailandia, que es el mayor productor del mundo”.

Previsiones 2019

En relación al pronóstico adverso del clima y el precio internacional de los commodities, Rieger comenta que si bien "los compradores de almidón de mandioca lo consideran un commodity -a pesar de tener un cierto valor agregado- nosotros vemos un año bastante desafiante, pero no por los factores mencionados, sino por las circunstancias de los mercados en la región. Los precios del almidón de mandioca tienden a la baja este año, especialmente en Brasil, que condiciona el precio del mercado paraguayo. Sin embargo, es muy apresurado hacer una afirmación tajante porque la cosecha de mandioca empieza recién entre abril y mayo, por lo que posteriormente se va a poder determinar si la demanda brasileña es suficiente. No creo que los precios bajen exageradamente, pero tenemos que ser muy conscientes de que la economía brasileña y la argentina están complicadas".

Para Theodor Rieger es importante que la sociedad sea consciente de las oportunidades que existen en torno al rubro de la mandioca. Esto significa que uniéndose con otros sectores se podría ir más allá de la producción del almidón, de la exportación y la venta a mercados internacionales. “Se pueden acoplar más temas, por ejemplo el microcrédito a productores desde el Estado, la asistencia técnica para potenciar el desarrollo del sector. Desde Codipsa todos los años invertimos USD 200.000 solo en asistencia técnica a los pequeños productores. Tenemos grandes desafíos como país, hay que velar por una distribución más equitativa y este rubro brinda una buena oportunidad para que las personas aumenten sus ingresos”, culmina el gerente general de Codipsa.