Debemos tener un mayor grado de madurez política

El acuerdo Mercosur-UE representa una oportunidad enorme para un país como el nuestro. Pero por alguna razón no tuvo una repercusión importante en el debate público. Podría ser porque la gente está un poco escéptica con respecto a estos acuerdos, no los entiende bien, ven que se trata de un proceso largo y hay cierta decepción en términos generales desde hace mucho tiempo con las expectativas del Mercosur. 

No obstante, acceder al mercado europeo de ingreso per cápita promedio de USD 34.000, es una gran oportunidad. Prácticamente el 95% de nuestra oferta exportable entra en este acuerdo. 

Analicemos. Paraguay necesita diversificar sus mercados. Tiene competitividades interesantes como energía abundante y limpia que ayuda a crear productos con poco impacto ambiental, algo que Europa busca por tener estándares socioambientales muy altos. Para satisfacer esa demanda debemos prepararnos. El proceso de ratificación del acuerdo nos da el tiempo necesario para avanzar en esta preparación. ¿Qué podemos hacer en este sentido? Buscar alianzas estratégicas, hacer joint ventures, identificar sectores donde tenemos mayor capacidad, desarrollar nuestra inteligencia comercial... Es mucho en lo que tenemos que prepararnos, pero es un camino que vale la pena seguir.

Sin embargo, a pesar de comenzar julio con esta excelente noticia, entramos de nuevo en una tremenda inestabilidad política y social. Parece mentira que a un año escaso de la asunción del nuevo Gobierno, se plantee una crisis tan grave. Este grado de inestabilidad impacta en lo interno, en un momento en que nuestra economía está bastante desacelerada.

Teníamos una expectativa más positiva para el segundo semestre y obviamente este tipo de crisis política, además de afectar esa recuperación potencial, envía señales muy negativas al exterior. En un mundo absolutamente abierto, donde las comunicaciones fluyen rápidamente, cualquier inversor potencial se entera de este tipo de situaciones y se ve disuadido de invertir. 

Debemos tener un mayor grado de madurez política; esto exige al Gobierno una mejor gestión. Hacer un esfuerzo entre Gobierno y sector privado para recomponernos rápidamente y aprovechar las oportunidades. Un Gobierno debilitado no conviene a nadie en Paraguay. Se trata de evitar condiciones desfavorables para que la inversión y los nuevos mercados que tanto necesitamos, nos lleven al crecimiento económico y a un mayor desarrollo como país.