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El Desafío de Perdurar (Enrique Salomoni Quevedo)

Mabel Álvarez / 05/05/2018

Seltz inició su actividad en 1982 como sodería. Tres años después, Enrique Salomoni Joy, fundador y presidente de la compañía, decidió abrir el mercado de bidones de 20 litros de agua mineral para hogares. “Ser el primero ofrece una gran ventaja competitiva, la oportunidad de fijar la marca en el Top of Mind de las personas. Pero abrir un mercado es un proceso durísimo”. Enrique Salomoni Quevedo nos cuenta que cuando su padre decidió apuntar a las familias con un producto saludable en un nuevo formato, no existía la conciencia de tomar agua mineral embotellada. “Recién en la década del 90, tras el peligro de una epi- demia de cólera, la gente se dio cuenta de la necesidad de tomar agua segura”, comenta. “Durante 5 años fuimos abriendo este mercado, afianzándonos y creciendo sin que la empresa diera un solo guaraní de ganancia. Nos centramos en desarrollar la calidad del producto, en hacer una buena hoja de ruta, en cumplir con los días y horarios prometidos a nuestros clientes, en tener camiones limpios, personal uniformado. En resumen, fuimos construyendo confianza ̈.

Una vez que Seltz se consolidó, lo siguiente fue mantener los están- dares de calidad en cada una de las áreas en las que habíamos traba- jado en los primeros años. Hoy, la empresa utiliza un sistema infor- mático llamado SCADA, que controla el proceso de tratamiento del agua. Desde la extracción de los pozos artesianos hasta las llenadoras. “Empleamos tecnología de punta, como la irradiación ultravioleta, la ultrafiltración, la ósmosis inversa, el remineralizado y la absorción por ozono para obtener como resultado un agua de mineralización justa y altísima calidad ̈. Seltz, que también fue pionera en lanzar al mercado aguas saborizadas, un agua para bebés (muy baja en sodio), y en el uso del ka'a he'e en sus gaseosas, tiene certificaciones de normas ISO 9001 y 22000. Y sello de seguridad de INTN.

“Envasar las mejores bebidas y hacerlas llegar al hogar de nuestros clientes requiere constancia. Esa labor, que repetimos día tras día con manía perfeccionista, explica también la prevalencia de la marca en el tiempo”, culmina.