Enfocarnos, clave para el éxito

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Nos concentramos en estos dos últimos meses, como el corredor que encara su último kilómetro luego de una carrera larga y dura. No podemos dejar que nos distraiga nada, ni el dolor, ni las sensaciones de desfallecer, antes de cruzar la meta. El objetivo es claro: “la empresa debe generar beneficios”. Y con esto me refiero a todos los beneficios que una unidad empresarial genera. Entendamos que un Estado será exitoso en la medida en que tenga empresas exitosas. Y somos nosotros, los ejecutivos, los emprendedores, los propietarios, todos nosotros, los responsables de este objetivo y no el gobierno.

El gobierno de turno puede o no, ayudar con determinadas condiciones que faciliten el desarrollo de los objetivos privados pero, definitivamente, somos quienes integramos el sector privado los responsables.

Hay casos extremos (tenemos varios en nuestro vecindario) de cómo un Gobierno puede desalentar o incluso anular la iniciativa privada que busca generar beneficios para todos, incluyendo al propio estado, que se dan como resultado de la “apatía de participar de los líderes del área privada”. Son casos que llamamos “excepciones”, solo viables en una sociedad carente de liderazgos claros y sostenibles en las alianzas entre el sector público y el privado.

La carrera este año ha sido dura: un nuevo gobierno, cadena de pagos en general de alguna manera comprometida, ciclo de negocios con variaciones abruptas todo el año, aunque en el último trimestre, algunos signos de recuperación en el consumo. El Gobierno entrante tiene puntos positivos de instalación de agenda ProDesarrollo y claridad en sus aspiraciones, pero también, desafíos que ya provocaron los primeros síntomas de la enfermedad que late en Paraguay desde hace 2 décadas: un sector político que considera al diálogo entre poderes una cuestión de negociación de intereses. Aquí me detengo para instalar una idea fuerza. Algunos sectores del poder político consideran que la discusión se debe dar sobre la base de negociar intereses. La pregunta es: ¿Para desafiar al sistema es posible conversar sin negociar? Porque la agenda es de interés común para todos los poderes. O sea, ¿Podemos enfocarnos en definir que no habrá intereses de parte, sino un interés país sobre todos los poderes? Esto debería darse por lo menos hasta que podamos estabilizar la nación.

Hablo muy claro porque hay temas que no deben ser objeto de “negociación” porque en esta palabra se contextualizan otras como “extorsión” o “abuso” o “pérdida” que expresan el sentir de la parte que no fue favorecida en los intereses que puso sobre la mesa negociadora. No debería ser así. Hay temas que los 3 poderes del Estado deben tener claros y acordados. Habrá que dedicar tiempo y esfuerzo a alinearlos. Menciono dos.

Primer tema: el Estado no puede gastar lo que no tiene. Y si no puede gastar “no debe continuar creciendo, por lo menos, hasta que el país lo haga posible”. Si continúa irresponsablemente afecta a las empresas del sector privado que no cobran y pone seriamente en riesgo cientos de puestos de trabajo, comprometiendo a toda la cadena de pagos. Ser responsables en la asignación de recursos de todo tipo, sean estos ordinarios o de préstamos, es un tema ÚNICO. Es increíble que esto se negocie continuamente durante el año entre el sector político y el ejecutivo de cada institución.

Segundo tema: no podemos esperar, ni negociar lo que nos hunde como nación. No debemos negociar el frenar la corrupción, el microtráfico, el contrabando... Estos temas deben ser únicos e iguales en las agendas de los 3 poderes. Si deben sentarse más a menudo entre las tres cabezas del Estado Paraguayo, que así sea.

Los temas esenciales deben ser únicos y con objetivos claros. Debemos poner foco en dejar de anularnos entre las partes y enfocarnos en lo prioritario para salir adelante.

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