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La economía será circular

Dervish Editorial / 05/09/2018

Cuando la Gran Depresión de principios del siglo XX afectó a los países industrializados, se buscó reanimar la economía con una medida que propuso limitar la vida útil de los productos para incentivar el consumo, generar más empleo y flujo de efectivo.

Esta disposición fue tan exitosa que marcó el comienzo del actual modelo económico de producción basado en: producir, usar y tirar. El primer producto afectado por la medida fue la lámpara incandescente de Edison. Limitaron su vida útil a 1.000 horas (de las originales 2.500). En 1928, la revista Printers´ INK decía: “un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios”. 

Década tras década, asistimos a la reducción de la durabilidad de los objetos de consumo. El término "obsolescencia programada" se hizo popular en los últimos años con la aparición de las TICs, (Tecnologías de la Información y Comunicación) pero no fueron los gigantes tecnológicos los que lo descubrieron. Solo aprovecharon un sistema consolidado y arraigado en la mente de los productores y consumidores. 

Cualquiera que piense puede darse cuenta del problema que plantea el crecimiento ilimitado en un planeta donde los recursos son limitados. Y ni hablar de otra consecuencia del “producir, usar y tirar”: la basura. 

Visto desde esta perspectiva ya no nos parecerá tan económico comprar una impresora nueva, por ejemplo, en lugar de arreglar la que se nos acaba de romper, incluso aunque arreglarla nos cueste más dinero. 


De Brooks Stevensa la economía circular

Cada tres minutos se crea un producto nuevo en el mundo. El crecimiento es el santo grial de la economía actual. Para la mayoría de los economistas, sin la obsolescencia programada no habría crecimiento, y sin crecimiento el sistema colapsaría. Pero los críticos de la sociedad de consumo, afirman que el modelo extractivo actual no es sostenible en el tiempo y proponen emular a la naturaleza con un nuevo modelo de economía circular en el que el aprovechamiento de los recursos se maximice, no se produzca más que lo necesario, y se reutilicen los materiales cuyas propiedades no permitan volver a integrarlos al medio ambiente. 

Se trata de utilizar la mayor cantidad de materiales biodegradables para producir bienes de consumo de forma tal que al agotar su vida útil estos puedan regresar a la naturaleza sin dañarla. 

En el caso de los materiales contaminantes que sean imprescindibles, deberán estar diseñados para poder reutilizarse de manera sencilla, volviendo a la cadena de producción.

El futuro ineludible: un nuevo modelo de economía requiere de políticas que al mismo tiempo que permiten el crecimiento económico reduzcan el impacto ambiental.

Provechoso para las empresas, los consumidores y el medioambiente

La presión de la opinión pública y los problemas medioambientales está haciendo que algunas empresas vean nuevas oportunidades de negocio en este cambio de paradigma. Muchas comprueban que reutilizar los recursos es más rentable que crearlos de cero. Esta reducción de costo beneficia también a consumidores y medioambiente, a diferencia de lo que sucede en el modelo lineal actual.

El desafío principal de la economía circular es el cambio de mentalidad. Para entender este nuevo paradigma se deben dejar atrás los viejos patrones de pensamiento y llevar adelante “cambios fundamentales en toda la cadena de valor, desde los procesos de diseño de productos y de producción a los nuevos modelos de negocio y de patrones de consumo”, según la Fundación para la Economía Circular. 

Jessica Alsford, del banco de inversiones Morgan Stanley, lo tiene claro: “es poco probable que la economía circular sea un generador fundamental de valor para muchas empresas en la etapa en la que se encuentra hoy. Pero el desplazamiento hacia una economía más circular será una tendencia disruptiva en pocos años. Las empresas que se adapten antes y se muevan innovando hacia ese camino, acabarán mejor situadas en este nuevo contexto”. 


*Renombrado diseñador industrial, promotor de la obsolescencia programada.