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Mangos de la calle a la mesa...

Celia Mendoza / 07/09/2018

Tres empresas encontraron una solución transformadora para toneladas de mango que infestaban nuestras calles para luego terminar en la basura. Camilo Guanes, socio del Club de Ejecutivos, impulsó el proyecto que convirtió a este abundante fruto de la tierra en una herramienta de impacto social.

Treinta y cinco jóvenes de escasos recursos, capacitados en un curso de inserción laboral rápida, tienen hoy una nueva historia que contar. Todo arrancó con un desafío presentado por la Municipalidad de Asunción: ¿qué hacer con tantas toneladas de mango recolectadas por el Mango Móvil de la Comuna? 

Camilo Guanes, director de la agencia de publicidad Oniria, junto con su equipo, pensaron en crear una salsa con sentido social que no solo revalorizara los mangos como alimento, evitando desperdiciarlos,  sino también que sirviera para ofrecer a jóvenes sin muchas oportunidades una herramienta para cambiar su realidad.

Al proyecto se sumaron la empresa Delicatessen, que actualmente produce la salsa siguiendo una receta exclusiva del chef Rodolfo Angenscheidt y el Instituto Gastronómico O’Hara, que capacita a jóvenes en situación de riesgo para insertarlos laboralmente en las áreas de cocina, panadería, confitería y rotisería.

La idea del proyecto tuvo un impacto inmediato. Se presentó en noviembre 2017 y en diciembre, el proyecto no solo tenía nombre: Chutney de Mango Calles de Asunción, sino que ya se habían lanzado los primeros 100 frascos en una feria organizada por la Municipalidad, justamente para promover el consumo y la revalorización de la fruta, según cuenta Camilo Guanes.

Un problema, una oportunidad

La aceptación del producto también fue inmediata, tanto que en marzo se lanzaron a la venta 5.000 frascos de Chutney de Mango. El producto se puede adquirir en los Biggie Express y en Casa Rica a G 25.000 el frasco. 

No obstante, el verdadero valor de la iniciativa es intangible dicen a coro los coordinadores: Romina Gamarra y Federica Sierra por Oniria, Guillermo Torrents por Delicatessen y Aramí O’Hara por el Instituto O’Hara. Cada vez que se destapa un frasco de Calles de Asunción se abre una esperanza. 

Aramí O’Hara nos cuenta del seguimiento hecho a los participantes que hicieron el curso en diciembre pasado y destaca que muchos tienen por primera vez un título que avala sus habilidades culinarias. “Esto les permitió, en algunos casos, encontrar su primer trabajo; en otros, acceder a mejores puestos laborales, o bien a incrementar sus ganancias como microemprendedores”.

Entre estos jóvenes están los del Barrio San Francisco de Zeballos Cué -donde se construyen 1000 viviendas para familias afectadas por las inundaciones-. Ellos se hacen cargo del comedor y organizan ferias de comida. Mediante los conocimientos que adquirieron pueden ofrecen mayor variedad de productos aumentando de esa manera sus ingresos.

Otros integrantes del proyecto son parte del Centro Municipal de Promoción Empresarial. Entre ellos hay vendedores ambulantes de alimentos que en el curso descubrieron que, en vez de ganar apenas empataban o incluso perdían por no calcular la relación costo/beneficio de sus productos. Hoy, estos microempresarios manejan un presupuesto, saben cuáles son los productos que dan mayores utilidades, cómo mejorar sus técnicas de elaboración y presentación, cómo promocionar  y aumentar sus ventas.

Esta es la cadena de valor que se despliega cada vez que uno destapa un frasco del Chutney de Mango, Calles de Asunción. 

Nació como un proyecto a largo plazo y pronto sumará una nueva línea de productos en base al pomelo, señala Romina Gamarra.


Social y sustentable

Calles de Asunción es básicamente un proyecto social, avalado por la experiencia de gente que ha desarrollado empresas exitosas. Cada paso que dan está planificado y medido por una rigurosa vara, y de esa manera buscando también desmitificar la creencia de que lo social se hace "así nomás".

Calles de Asunción es una iniciativa proyectada a largo plazo y se rige por un plan estratégico que sigue una línea de acción. 

“Todo lo hacemos a pulmón y con mucha dedicación, porque queremos seguir aportando nuestro granito de arena para que más jóvenes tengan la oportunidad de mejorar su calidad de vida, a través de un oficio”, señala Guillermo Torrents.

Los cursos son gratuitos, pero deben solventarse con la venta de los productos.  Nuestro punto de equilibrio, en este caso, se obtendrá con la venta de 5.000 frascos de Chutney de Mango.  Pero lo ideal para que el proyecto camine solo es lograr la venta de 7.000 frascos del producto.

Una buena noticia en ese contexto es que ya se vendieron unos 3.000 frascos. Pero hay más, la aceptación del producto traspasó fronteras y todo indica que Calles de Asunción pronto cruzará el océano, rumbo a un país europeo. Esto permitirá incrementar las ventas, anuncian conmovidos estos jóvenes emprendedores.

El proyecto impacta en:

- El ambiente: Calles más limpias

- La saludFruta revalorizada como alimento

- Lo Social: Capacitación a jóvenes

- Lo económico: Inserción laboral rápida

Iniciativa público-privada

La recolección de las frutas se realiza con la estructura de la Municipalidad de Asunción que cuenta con dos unidades de Mango Móvil. La ejecución del proyecto está a cargo de las empresas Oniria, Delicatessen y el Instituto O’Hara.

Provecho

Más de 2.800 toneladas de mango iban a parar literalmente a la basura. El proyecto Calles de Asunción revaloriza estas frutas como alimento, no solo por el valor agregado que les brinda la industrialización, haciendo salsa, sino porque la iniciativa va creando conciencia en la ciudadanía respecto a que todo debe ser aprovechado.