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Organizaciones Exponenciales

Club de Ejecutivos / 12/05/2019

En un mundo donde el cambio se acelera, las organizaciones tradicionales que estructuran sus activos físicos (y su gente) jerárquicamente están quedando obsoletas. En 2001 Kurzweil se percató de que la Ley de Moore -la cual dice que el desarrollo de la computación se duplica cada año- era extensiva a toda la tecnología. Cuando las cosas cambian hacia un entorno basado en la información, el ritmo de desarrollo mantiene el mismo patrón exponencial explicado por Moore. A esto le llamó Ley de Rendimientos Acelerados. 

Salim Ismail, autor principal del libro Organizaciones Exponenciales, asegura que este ritmo de cambio “está sucediendo también en otras tecnologías, produciendo los mismos efectos que en la computación. Por ejemplo, el primer genoma humano se secuenció en el 2000 con un costo de USD 2.700 millones. En 2011 el desarrollo acelerado de nuevas tecnologías bajó el costo de secuenciar el ADN a USD 100.000; en 2014 a USD 1.000, y en 2015 a USD 100. Este fenómeno también ocurre con las empresas, en las que al menos un elemento tiene acceso a la información, catapultándolas en el tren bala de la Ley de Moore”. 

Es por eso que el experto asegura que solo las organizaciones capaces de gestionar el cambio y desarrollarse con él, persistirán. Estas empresas ya existen y se les conoce como Organizaciones Exponenciales (ExO) porque “tienen 10 veces más impacto (o resultado) que sus competidores y poseen las habilidades para disrumpir en un contexto de cambio continuo, entender los nuevos paradigmas, adaptarse y convertirse en número 1”, explica Gabriel Weinstein de la Consultora Olivia (invitado a disertar en Future Trends). 

Diferencias entre ExOs y organizaciones tradicionales 

Las empresas tradicionales se organizan jerárquicamente, se mueven solo por resultados económicos, hacen la planificación estratégica basándose en su experiencia pasada, no arriesgan, buscan la previsibilidad, tienen muchos empleados y activos propios. 

Por el contrario, las ExOs operan con equipos multidisciplinarios que funcionan como células independientes con autoridad descentralizada, tienen un propósito de transformación masiva que se convierte en un imán para colaboradores, clientes y proveedores, nacen desde la innovación, no aplican reglas conocidas (pues la realidad actual no se parece a la anterior), arriesgan y experimentan constantemente y “en lugar de poseer activos propios, aprovechan los recursos externos manteniendo un núcleo pequeño de empleados lo cual les brinda flexibilidad y márgenes nunca vistos. Además, aprovechan las comunidades virtuales y físicas. Flotan sobre las infraestructuras emergentes existentes en lugar de poseer las suyas propias”, acota Salim. 

Las ExOs están basadas en el principio de la abundancia en contraste con las organizaciones lineales que se basan en el principio de la escasez. Para entenderlo mejor: desde siempre las empresas han buscado un recurso escaso, han puesto barreras y han lucrado con este recurso. Las ExOs aprovechan los recursos externos abundantes (basados en la información, la cual han convertido en su principal activo), y es eso lo que les permite crecer exponencialmente. 

Uber es la empresa con más taxis en el mundo aunque ninguno sea de su propiedad. Airbnb se ha convertido en la mayor cadena hotelera sin poseer una sola habitación propia. 

Si tuviera que resumir en un único elemento la diferencia entre una organización exponencial y una lineal sería la cultura de la empresa -afirma Gabriel Weinstein-. La rigidez de las organizaciones tradicionales no les permite abrazar el cambio a la velocidad necesaria para adaptarse a lo que está sucediendo. Estas deben transformar sus cimientos porque han sido diseñados para resistir los cambios y la competencia. 

Entonces, ¿puede una empresa tradicional convertirse en ExO? 

No todas -asegura Weinstein-. Pero no por el sector al que pertenecen como se podría pensar. Sino porque no todas tienen la habilidad para entender que las recetas que nos trajeron hasta aquí no necesariamente nos llevarán hasta el próximo estadio. La experiencia es el peor enemigo en estos casos. La empresa que tenga la visión de entender que debe barajar y repartir de nuevo las cartas es la que tiene oportunidad. 

Para conseguir un crecimiento exponencial se debe transformar a los líderes en primer lugar; después redefinir el propósito de la compañía para que el mismo trascienda lo económico y apunte a cambiar un paradigma para beneficio de muchos. Solo así se crea comunidad, lo cual se traduce en compromiso interno y externo, finaliza el experto.