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Manuel Careaga, gerente del Club de Ejecutivos

Dervish Editorial / 22/06/2018

Un Club autosustentable debe manejarse como una empresa, con un staff profesional y una gerencia que lo dirija y sea nexo entre el directorio que toma las decisiones y el equipo de trabajo que las ejecuta. Durante el segundo período de mandato de Rubén Jacks, el Club buscó una organización más profesional integrando la figura de un gerente. Walter Bastos, director estratégico del Club en ese entonces, recomendó a Manuel Careaga para la posición. Manuel llevaba años siendo gerente de la Asociación de Propietarios de Estaciones de Servicio, una ocupación que conocía en profundidad habiendo trabajado mucho tiempo en Shell y por haber sido propietario de una estación.

Manuel Careaga tenía el perfil adecuado para el puesto: mucha experiencia en el manejo de una asociación y una excelente relación con la prensa. “Me reuní en 2008 con Jacks y con el directorio del Club. Siempre recuerdo que Rubén me dijo: Quiero que el Club sea tu pecera. Hoy me siento así: el Club es mi medio natural, el lugar donde me muevo con soltura y me siento cómodo”, cuenta Careaga.

¿Qué cambió con su llegada?

Cuando Rubén Jacks decidió profesionalizar el staff, se le dio a la gerencia una posición casi de dirección ejecutiva. A partir de ahí pasé a formar parte del directorio; comencé a participar de las reuniones con voz aunque sin voto. Con la gerencia se implementó una estructura de trabajo que dura hasta hoy día. Yo bajo la estrategia al staff y nos manejamos con bastante independencia. Las estrategias macro salen del directorio, las más pequeñas salen del staff. Nosotros las comunicamos al directorio para aprobación y esas pequeñas estrategias se convierten después en parte de las estrategias macro del Club.

Con mi llegada el staff también creció. Integramos a una persona de asistencia para administración, contabilidad y coordinación y sumamos una persona para el área de comunicación. 

En aquel momento se decidió que el Club debía ser autosustentable, y para lograrlo comenzamos a vender auspicios con el fin de solventar nuestros eventos. Eso supuso un crecimiento exponencial en materia económica, que vino acompañado de un crecimiento también grande en la masa societaria. Éramos 220 socios cuando entré, y hoy somos más de 800. 

Este crecimiento se dio gracias a un arduo trabajo en el que gerencia y staff ayudaron muchísimo. Pasamos de hacer dos o tres eventos mensuales a un promedio de 7.8 eventos por mes. Comenzamos a trabajar en nuevos ejes y segmentamos los eventos del Club para los distintos socios.

“Apuntamos a convertirnos en lo que reza nuestra visión: ser el referente más importante del mundo empresarial en Paraguay”

¿Cómo se convierte una organización en un Club aspiracional al que la gente de empresa desea pertenecer?

Cuando entré al Club aprendí de memoria su visión y misión. Reuní al Staff y les dije: Todo lo que hagamos tiene que pasar por el filtro de la misión; de ese modo nunca vamos a equivocarnos. Tenemos que apuntar a convertirnos en lo que reza nuestra visión: ser el referente más importante del mundo empresarial en Paraguay. Creo que el Club está haciendo eso. Para conseguirlo, trabajamos en hacer los mejores eventos, en hacer actividades que tengan influencia en la opinión pública y en mantener una élite de asociados. El proceso de selección para ingresar al Club es muy riguroso. Y es así como se convierte en un escenario aspiracional.

Por otra parte, ofrecemos a los socios un abanico de beneficios, como ser la oportunidad de actualizarse constantemente. Tenemos un convenio con la escuela de negocios ADEN; con ellos traemos a los mejores profesores que nos mantienen al día con lo que está ocurriendo y, sobre todo, con lo que va a ocurrir en el escenario empresarial. Recién lanzamos el Círculo de Alta Dirección (CAD), un seminario exclusivo para socios, por ejemplo. Tenemos eventos de networking, donde realmente se hacen los negocios. Brindamos la oportunidad a los socios de acceder a personalidades importantes. Hacemos conversatorios abiertos, y otros, más exclusivos. Trabajamos con instituciones afines amplificando sus eventos, porque son del interés de nuestros socios. Ponemos a disposición nuestras instalaciones que ofrecen privacidad, estacionamiento y los servicios que puedan necesitar.

¿Cómo incide el Club en políticas de Estado?

La segunda parte de nuestra misión dice que trabajamos para mejorar el clima empresarial. Entre nuestros socios tenemos gente muy influyente del mundo empresarial, algunos incluso prestan servicios al Estado. En nuestros eventos -diseñados con base a temas de actualidad e interés para los socios-, están presentes estas personas. Otras que no forman parte del Club son invitadas especialmente y, de esta manera, podemos expresar el sentir del grupo, las necesidades, las carencias, pero sobre todo las soluciones. El Club no quiere ser parte de “los enojados de siempre”. Hay que detectar y señalar los problemas, pero también ofrecer posibles soluciones. Por eso somos propositivos. El Club cree que el país debe crecer con el apoyo conjunto del sector privado y el público.

¿Cómo ve el Club dentro de 10 años?

Va a seguir creciendo. Vamos a trabajar fuertemente para mantener esa relación con los socios y ese orgullo de pertenencia. Veo al Club sano, joven, fuerte y con un futuro prominente para los próximos 10 años.

¿Qué significa para usted ser gerente del Club de Ejecutivos?

Es un premio a mi carrera de trabajo. Considero que hacer lo que me gusta en un lugar ideal como este es una bendición. 

Cuando entré a mi primera reunión de directorio, pregunté a los directores: ¿Están orgullosos de ser directores del Club? Me miraron extrañados. Hoy me siento orgulloso de ser el gerente del Club de Ejecutivos, porque todos nosotros pusimos nuestro granito de arena para convertir esto en una institución de prestigio.