Tiempo de reformas

Alfredo Schramm / 19/05/2021

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Arrastramos problemas estructurales como país, preguntamos a tres economistas qué piensan que debemos hacer de ahora en más.

Más de un año después seguimos sintiendo los coletazos negativos del ingreso del coronavirus al país con la falta de vacunas y de medicinas esenciales para que la población se recupere y la rueda de los negocios vuelva a girar. Problemas de gestión y de calidad del gasto público para mejorar la vida de los ciudadanos sumados a una población mayoritariamente vulnerable en materia económica, son puntos en los que debemos trabajar con políticas de Estado para que en el futuro estemos mejor parados cuando haya que enfrentar períodos críticos. En esto coinciden los economistas Manuel Ferreira Brusquetti, Patricia Goto y Elías Gelay, (socios del Club de Ejecutivos). Cuando hay shocks estructurales hacen falta respuestas nuevas, distintas a las anteriores. “Los modelos que funcionaban antes pierden utilidad para enfrentar nuevas exigencias”, refirió el exministro de hacienda Ferreira Brusquetti.

La pandemia ha sido el claro ejemplo de esto en Paraguay: nos dimos cuenta que nuestro sistema de salud no funcionaba cuando empezaron a salir a la luz los defectos de una salud abandonada por años y las deficiencias de gestión de Paraguay, también de años. Históricamente las crisis actúan como propulsoras de reformas. En general, son momentos ideales para aprender lecciones y sentar bases para un cambio futuro en la búsqueda del bienestar social. Si analizamos la crisis actual, existe un consenso respecto de mantener medidas excepcionales en el corto plazo. Sin embargo, resulta igual de importante acometer, en paralelo, los desafíos de mediano y largo plazo a partir de una agenda de reformas estructurales ambiciosa. Estas reformas ya eran necesarias antes de la crisis, dijo Patricia Goto. 

“La pandemia covid-19 dejó en evidencia la necesidad de cambios.”

Ya existía la actuación ineficiente del Estado en la provisión de servicios públicos, las faltas del sistema de protección social y la economía muy dependiente de factores climáticos. Estas debilidades se vieron exacerbadas con la pandemia e inclusive, entorpecen el proceso de recuperación de la economía. 

Por ello, las crisis deben tomarse como una excelente oportunidad para construir el marco propicio para una economía más resiliente con crecimiento sostenible y mayor equidad y bienestar social.

Elías Gelay subrayó que la inversión privada es mucho más cauta que la inversión pública, necesita previsibilidad para encarar proyectos. La pandemia ha generado muchas dudas y cambios en las economías de todo el mundo, creando un ambiente difícil para las inversiones. “Lo que vimos en estos meses es que las empresas han hecho reducciones importantes de costos tratando de mantener utilidad a pesar de la baja generalizada en las ventas. Las inversiones estuvieron muy orientadas a este fin, a bajar costos. Recién ahora comenzaremos a ver inversiones para aumentar las ventas e intentar crecer en este nuevo mundo pospandémico que tenemos”. 

¿Qué dice la sociedad civil?

Más de 2500 ciudadanos, empresarios, académicos y líderes de la sociedad civil elevaron una carta abierta a los tres poderes del Estado representados por el presidente Mario Abdo Benítez, Hugo Velázquez (Ejecutivo); Oscar Salomón, Pedro Alliana (Legislativo) y César Diesel (Judicial) exigiendo cambios estructurales, transparencia y el fin de los privilegios en medio de la crisis sanitaria, social, económica y política que vive el país. Una de las impulsoras de este documento es la economista Gloria Ayala Person, vicepresidenta del Club de Ejecutivos, quien ya había recibido un amplio apoyo en redes sociales cuando compartió un video donde exigía mayor compromiso y un golpe de timón a las autoridades nacionales.

Entre otras exigencias el documento declara: 

“Coincidimos en la profundidad de la crisis: corrupción, falta de respeto a las leyes con total impunidad, malversación de fondos sin ningún castigo (“ya renunció” nos dicen cuando se destapa públicamente un negociado), entre otros miles de vergonzosos hechos, desaciertos e infortunios, de los que nos enteramos diariamente. Sin embargo, aún peor que las torpezas y desaciertos de este gobierno parecen ser las opciones de alternancia que se presentan (...) asumimos posturas institucionales de respeto a las autoridades democráticamente electas, pero exigimos cambios estructurales dignos de nuestras expectativas”. 

La carta abierta agrega la necesidad de un compromiso real y no de discurso para reformar inmediatamente la Ley 1626 Estatuto del funcionario público. No se puede seguir manteniendo incoherencias donde claramente se ve que en el país estamos clasificados como ciudadanos de primera y de segunda. 

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La herramienta: el gasto público

Gelay hace hincapié en que el gasto público es la herramienta de los gobiernos para reasignar la riqueza y garantizar a la población el acceso a servicios públicos. La forma en que está compuesto el gasto público es clave para la inclusión, la disminución de la pobreza y la mejora sostenida de la calidad de vida de cualquier sociedad. Paraguay, tiene desafíos en este punto y las reformas planteadas buscan mejorar la eficiencia del gasto público.

Los fondos públicos deben direccionarse hacia sectores prioritarios como la salud y la educación para formar capital humano. 

Se deben construir redes de protección social más robustas para la seguridad de la clase trabajadora y la inversión en infraestructura debe potenciarse con dos objetivos, reducir la brecha de infraestructura y generar empleos. 

Las finanzas públicas deben disminuir la participación de gastos corrientes en el total de gastos con acciones concretas en áreas como compras públicas y funcionariado público, subraya la carta de la sociedad civil. 

Justicia y clima de inversión

La justicia es “la tercera parte obligadora de los contratos”. Cuando dos personas, físicas o jurídicas, deciden entrar en una transacción económica, uno de los princi- pales temas que evalúan es qué hacer si las cosas salen mal. Si la justicia es corrupta y manipulable, cuando sabemos que no será “justa” sino que responderá a los intereses de quien pague más, lo probable es que no haya transacción. El número de transacciones disminuye y la economía no alcanza su nivel óptimo. En Paraguay, las empresas familiares son mayoría, porque es menos probable pelearse con un hermano o un padre que con un extraño. Esto reduce la capacidad de la economía a pequeños entornos que nos alejan del óptimo, opina Ferreira Brusquetti. 

Salir de la pobreza

En los últimos años antes de la pandemia, las sólidas cifras macro de Paraguay -dice Brusquetti- se sintieron a nivel de la gente. Muchos indicadores mejoraron en el país: hubo aumento de la clase media, reducción de pobreza e indigencia focalizada en grupos específicos. Aunque queda mucho camino por recorrer”. Sin embargo, los resultados de índice de pobreza muestran que no solo hay que sacar a gente de la pobreza, también hay que generar resiliencia en esa situación de mejora. De lo contrario, pasa lo que pasó ahora: al primer shock mucha gente vuelve a sentir los impactos de la falta de recursos. 

Precisamos reformas estructurales que ofrezcan un camino renovado para el país mediante cambios en materia educativa, laboral, de competencia económica, energética y política, y leyes que combatan el cáncer de la corrupción. 

El futuro a corto plazo

Volver a la senda de crecimiento pre-pandemia depende de cómo se mueva la situación a nivel local y global. Es incierto. “Lo positivo es que se ha tenido una buena cosecha lo cual moviliza parte de la economía. El ritmo de obras públicas de infraestructura se está manteniendo y debe generar dinamismo en la economía en los próximos años. Si mantenemos el ritmo de construcción del sector privado, tal vez el año que viene ya podamos estar devuelta más estabilizados y con mejores perspectivas”, redondeó Gelay. 

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Manuel Ferreira Brusquetti 

Economista exministro de Hacienda

“Ineficiencia y corrupción son los problemas centrales. Hoy nuestro principal problema es la falta de eficiencia en la gestión pública.” 

Para muestra vale visualizar dos programas implementa- dos durante la pandemia. Por un lado, el programa de subsidios Pytyvó (*), por el otro, la compra de vacunas. Uno exitoso y el otro un fracaso. Pytyvó funcionó porque se usó la tecnología y se abrió el juego al sector privado. Al principio se quería hacer a través de las municipalidades ¡Hubiese sido un desastre! La compra de vacunas se quiso manejar en ultrasecreto con una confianza ilimitada en la gestión de otros (OPS o Covax), sin participación del sector privado que conoce a los fabricantes de las vacunas porque los representan. Esto resultó en que hasta hoy tengamos pocas vacunas y la consecuencia de enfermos y muertes. 

Las instituciones fuertes son las poco impactadas por el populismo y la política prebendaria. El Ministerio de Hacienda y el Banco Central han conseguido mantener una gestión orientada a objetivos económicos, desvinculada de los vaivenes políticos. 

Esto permite aprovechar oportunidades, estabilizar la economía y consolidar el crecimiento. Hoy es imposible para la clase política imponer un politiquero en estas dos instituciones. Para mejorar el clima de negocios debemos resolver nuestros problemas político-institucionales porque en la economía, tanto privada como de gestión fiscal y monetaria, Paraguay tiene las mejores consideraciones de las calificadoras. 

El ritmo de recuperación de la economía en su todo, dependerá de cómo se encare un programa de vacunación, porque la mejor política económica es la vacunación. Hoy no tenemos vacunas suficientes, pero pronto las tendremos. Con inmunidad de rebaño podremos reabrir sectores que han sufrido mucho, como comercios y servicios. 

Las inversiones 

Este año pueden concretarse inversiones importantes para el país. 

Paracel (Forestación y papelera), Omega Green (Biodiesel), Mount Sinai (Salud) y Marfrig (Frigorífico) representan inversiones del 15% del PIB y son revolucionariamente transformadoras de la estructura económica, empleo, sociedad, exportaciones, matriz productiva, comercio exterior e incluso la geografía. Esto sin considerar las inversiones de menor tamaño. 

Calidad del gasto público 

El Estado debe actuar como un sistema de redistribución de riqueza en la sociedad y la desigualdad se debe reducir después de la acción del Estado. Esto puede hacerse con un sistema de tributos diferenciado o por el lado del gasto con un sistema de atención diferenciado a la población. El sistema de tributos diferenciado genera conflicto, sobre todo ante la existencia de un Estado altamente ineficiente.

“Creo que el camino a seguir está mucho más orientado a un sistema de gastos que apoye la igualdad de oportunidades. En este sentido, educación y salud son fundamentales de manera a mejorar el bienestar de los ciudadanos y debe sumarse al Estado como el que pone reglas de juego sólidas y estables que permitan a las empresas reducir el riesgo y la incertidumbre propios de las inversiones”, puntualizó. 

(*) Pytyvõ subsidio del Gobierno Nacional a personas del sector in- formal afectadas económicamente por la pandemia del Coronavirus. Los beneficiarios son trabajadores por cuenta propia o dependientes de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES). 

Patricia Goto

Economista CPA Ferrere

“Dado el agotamiento de las políticas económicas durante la pandemia, la mayor parte de la reactivación está con la inversión privada.” 

Si bien Paraguay, tuvo una fuerte expansión económica en el pasado reciente, continúa teniendo una economía volátil de ingreso medio, poco diversificada y con fragilidades que pueden comprometer la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo. 

Entre los obstáculos están la debilidad de las instituciones, alta percepción de corrupción, informalidad en el mercado laboral, bajo nivel educativo, ineficiencia de la burocracia pública y déficit en infraestructura. Todo esto debe abordarse con reformas de fondo, transformación del Estado y medidas que aumenten la productividad para apuntalar el crecimiento. La fortaleza institucional es cimiento de toda estructura económica sólida. Da incentivo y garantía para que el capital privado haga inversiones, aumente la productividad y prosperidad en la sociedad. “En Paraguay, la debilidad de las instituciones de gobernanza es una barrera para el desarrollo económico. Es imperioso fortalecer los marcos institucionales, mecanismos de gobernanza y prácticas de gestión en los organismos públicos que permitan la ejecución de proyectos”. 

La justicia 

Un sistema judicial robusto es uno de los pilares en cualquier entorno de negocios. La ausencia de un sistema judicial independiente y la ineficacia de la justicia ante casos de violación de normas y leyes (impunidad) afectan la imagen país y la atracción de capitales. Esto crea un círculo nocivo que impide el flujo de inversiones para un crecimiento sostenido y la mejora de calidad de vida de los habitantes. 

Que la rueda de negocios gire 

Paraguay encara un 2021 retomando el crecimiento moderadamente y con asimetría en la recuperación de los sectores económicos. En términos de PIB llegaremos a niveles del 2019, pero el ritmo de crecimiento de la economía paraguaya se desaceleró en los últimos dos años. El impacto social es significativo y hay un retroceso en relación a los logros de la última década. Aumentó el desempleo, desigualdad, pobreza, informalidad y disminuyeron los ingresos de la población. Son daños causados por la pandemia que si no los revertimos rápido, se convertirán en frenos del crecimiento a largo plazo. 

El agotamiento de las políticas económicas, deja la mayor parte de la reactivación con la inversión privada. Pero la crisis sanitaria no finalizó y muchas actividades económicas están debilitadas con problemas de rentabilidad y sobreendeudadas, y garantizar dinamismo en la inversión privada no es factible.

La inversión probablemente se concentre en el sector agroexportador favorecido por el repunte de los precios internacionales y las buenas condiciones climáticas. Si el gobierno avanza en las reformas estructurales y en la construcción de instituciones más sólidas, la atracción de capitales privados mantendrá el dinamismo y apuntalará la salida de la crisis. 

Que lo macro se sienta más

Mantener estabilidad macroeconómica es necesario para que la actividad económica individual (microeconomía) resulte exitosa. Las políticas públicas deben direccionarse hacia áreas prioritarias como acceso a servicios básicos, empleos, seguridad social e infraestructura de manera que el crecimiento del sector productivo se traslade a la calidad de vida de las personas. 

Las políticas económicas deben potenciar los sectores que tienen alto impacto en el empleo y un efecto multiplicador en otros sectores, buscando un modelo productivo más diversificado. 

Elías Gelay

Economista, Presidente Cadiem Casa de Bolsa

Somos un país de bajos ingresos y es importante que gastemos adecuadamente cada guaraní que recaudamos. Es una tarea en la que debemos involucrarnos en los próximos años de manera mucho más seria. 

Hay diferentes tipos de crisis. Algunas nos fuerzan a tomar decisiones que de otra manera no se hubiesen tomado y esto puede ser bueno. Nos obligan a actuar de manera diferente buscando salidas. Lo ideal es hacer reformas profundas en los momentos sin crisis pero, en general, se cree que los cambios profundos traerán crisis y nadie quiere ser “culpable” de generarla. En Paraguay, a nuestros líderes les pasa eso, en los buenos momentos no se animan a provocar “pequeñas crisis” para hacer los cambios importantes que el país necesita y cuando se presentan las crisis, tienen mayor miedo aún de tomar decisiones equivocadas. 

La sociedad requiere orden para mejorar su calidad de vida. Para esto necesitamos instituciones fuertes capaces de planificar, ejecutar y analizar lo hecho para mejorar el servicio ofrecido a la mayor cantidad de gente y al mejor costo posible. Sin avanzar en esto, será difícil un desarrollo sostenido porque estaremos siempre expuestos a las personas que encabezan las instituciones. 

Clima de inversiones

La calidad de la justicia es fundamental para el clima de inversiones. Tener claro que los acuerdos se respetan, que las reglas no se cambian y que si alguien comete un delito va a sufrir las consecuencias, es crucial para las inversiones. La Justicia es una de las Instituciones más importantes en un país, debe generar confianza. Si nadie cree en la justicia, nadie respetará las reglas y todos nos volvemos cómplices del incumplimiento, porque actuamos de la misma manera. Se genera un caos que va debilitando la armonía que mencionamos antes.

Paraguay está actualmente calificado BB+, un escalón por debajo del ansiado BBB que se considera grado de inversión. El informe de la calificadora de riesgo Fitch de diciembre 2020 es claro: en 1er lugar mejorar los indicadores de gobernanza, ejemplo: esfuerzos del gobierno para combatir la corrupción y fortalecer las instituciones públicas. En 2do lugar, desarrollar el mercado de capitales local para tener mayor flexibilidad fiscal. En 3er lugar, mejorar el crecimiento económico para alinearnos con los países de calificación más alta. 

Todos desafíos importantes, pero no imposibles. Por ejemplo, una reforma de los sistemas de pensiones podría crear un dinamismo importante en el mercado de capitales como ocurrió en otros países. Esto puede atraer inversiones y facilitar el financiamiento de largo plazo, que conduce a un aumento del PIB. La modernización y digitalización de las instituciones públicas puede ayudar en eficiencia y disminución de la corrupción. 

Una economía de la gente 

Debemos impulsar actividades que demandan mano de obra, por ejemplo, la construcción y el sector inmobiliario. Potenciar al sector privado con productos financieros. Por ejemplo, los fondos inmobiliarios que canalizan ahorros del público hacia proyectos inmobiliarios son muy comúnen en otros países; acá estamos iniciando estas estructuras.

Se puede aprovechar el déficit habitacional para dar trabajo a mucha gente. Otra alternativa, seguir la industrialización iniciada con la maquila para exportación. Seguimos siendo competitivos frente a países de la región.

El estado debe dar servicios que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía, que cada vez demanda mayores y mejores servicios. Lo que vemos en nuestro país, es que el gasto público aumenta pero los servicios públicos empeoran, o no logran avanzar conforme la inversión que se realiza. Hacer una reforma profunda en este sentido es fundamental. Somos un país de bajos ingresos y es importante que gastemos adecuadamente cada guaraní que recaudamos. Es una tarea en la que debemos involucrarnos en los próximos años de manera mucho más seria.