Por Yan Speranza, Presidente del Club de Ejecutivos.
Siempre ante la próxima asunción de un nuevo gobierno se crean muchas expectativas en relación a las reformas, sobre todo las que son necesarias implementar en muchos sectores.
En la última década y media, nuestro país ha pasado por transformaciones importantes y debemos ser conscientes de los cambios positivos que se han dado, como así también de los grandes déficits que aún enfrentamos en el camino al desarrollo.
En el siguiente salto hacia adelante, con claridad debemos ser capaces de diseñar y por sobre todo implementar determinadas reformas en sectores muy claves como educación, salud, sistema previsional o justicia, solo para mencionar las más urgentes.
Ahora bien, llevar adelante las reformas insumen una energía extraordinaria y se necesita un enorme capital político, además de determinadas capacidades tanto programáticas como operativas.
En realidad, es tremendamente complicado avanzar con reformas profundas en varios campos a la vez, pues las resistencias que se activan desde el “status quo” son también poderosas y decididas a enfrentar todo aquello que afecte sus propios intereses.
Sin embargo, en muchos casos es factible modificar las reglas de juego del funcionamiento de determinadas instituciones, pero para que se activen “de ahora en adelante”. Es decir, ante la gran dificultad de hacer cambios profundos inmediatos, hay que sentar las bases para cambios que se incrementen a partir de nuevas reglas e incentivos.
Es lo que ha ocurrido por ejemplo en Brasil con el funcionamiento actual de su sistema judicial, y todo el impacto positivo que está teniendo en esta suerte de limpieza profunda de un Estado y una clase política sumido en la corrupción más rampante.
Sin embargo, esto no se explica simplemente por la emergencia de una suerte de valiente héroe nacional como el juez Sergio Moro --que envió a la cárcel nada menos que al ex presidente Lula Da Silva, además de centenas de otros condenados-- sino que es parte de un proceso de reformas que se iniciaron hace más de 20 veinte años y se vinieron consolidando a través del tiempo.
La actual gran independencia del Poder Judicial brasileño y los resultados concretos que van logrando en la lucha contra la corrupción política de gran escala se fue dando gracias a la instalación décadas atrás de nuevos sistemas de incentivos, que a la postre fueron modificando profundamente el funcionamiento institucional.
Por ejemplo, un plan de carrera totalmente modificado en el Poder Judicial empezó a atraer a la mejor gente y la más calificada, pues además los salarios ofrecidos y los beneficios fueron sustancialmente incrementados.
Al mismo tiempo, incorporaron tecnología de vanguardia para facilitar los procesos de investigación judicial y mejorar la eficiencia de todo el sistema, apostando también con fuerza a la depuración y transformación de la Policía Federal, que precisamente juega un rol central en los procesos de investigación.
Otro elemento clave fue introducir en sus procesos la posibilidad de la “delación premiada” a través del cual responsables de actos delictivos pueden conseguir disminuciones sustanciales en sus penas si colaboran con información relevante para la investigación. También ampliaron la posibilidad de la prisión preventiva para aquellos involucrados en actos de corrupción.
En fin, lo que ocurre es que luego de varios años, los Sergio Moro --que iniciaron su carrera entusiasmados con las nuevas reglas de juego que se instalaban-- se van convirtiendo en jueces y fiscales y tienen a su disposición las herramientas para efectivamente conseguir resultados.
Por supuesto que el factor personal y la valentía para arremeter contra todo este esquema tan contaminado no puede estar ausente, pero dicha valentía no será suficiente en la ausencia de instituciones más fuertes y reformadas.
En algunos casos, podremos acometer reformas profundas, pero en muchos otros debemos ser capaces de identificar aquellos espacios en donde podamos plantear de ahora en adelante nuevas reglas de juego e ir creando las condiciones incrementales para que las instituciones se vayan transformando.
Artículo publicado el 22 de mayo de 2018 en el diario Última Hora
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