Emprender dentro y fuera de la empresa


Publicado en: Última Hora
Publicado el: 14-06-22
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Por Luigi Picollo, socio del Club de Ejecutivos.

El concepto del “emprendedurismo” está ganando adeptos en la fuerza de trabajo en Paraguay. Ante la dificultad de encontrar empleo, muchos se ven motivados a crear su propio negocio. Pareciera que es una fórmula mágica que evita el tradicional camino de aprender a trabajar desde abajo, para ir directo a ser jefe, empresario. Pero, hay cualidades necesarias que no han cambiado por más que estemos en la era de la iniciativa individual.

Es cierto que muchas de las grandes empresas locales, empezaron décadas atrás de la mano de un emprendedor que tenía mucha energía y capacidad de trabajo, gran coraje, un olfato e intuición, y sin contar con una instrucción académica consiguió conformar estructuras empresariales precarias que daban resultados. Eso fue adecuado para esa época, donde en el mercado paraguayo había muy poca competencia, donde las transacciones se daban en efectivo y entonces no se analizaba el crédito. Había mucha informalidad documental y los contratos eran más de palabra, la presión tributaria era mínima, la fiscalización del estado casi inexistente, y las oportunidades económicas eran obvias. Ese modelo de liderazgo fue adecuado para aquellas condiciones de mercado tan suaves y terrenos tan fértiles que ya no existen.

Sus testimonios de vida nos sirven de inspiración específicamente para copiar sus cualidades personales, que son muy válidas y lejos de haber pasado de moda, más bien hoy están en falta. Algunas de estas son: capacidad de identificar las necesidades del cliente y hacer lo imposible para satisfacerlas, empujar a todos los involucrados a desempeñarse bajo intensa presión sin tomar nada personal, resistir dificultades sin caer en susceptibilidades ni desmotivarse porque el superior no lo reconoce constantemente, no esperar que nadie le regale/subsidie nada, basar sus decisiones sobre la realidad y no sobre una ideología, asumir las consecuencias de sus errores sin quebrarse, hacer y probar rápido y barato donde lo practico está por arriba de lo perfecto, tener una sincera empatía con sus colaboradores y contagiar su entusiasmo en vez de intentar actuar falsamente los libretos de las diferentes estrategias del liderazgo de  moda.

El verdadero motor del éxito de estos grandes emprendedores del pasado ha sido la estructura de su personalidad, su consistencia en valores humanos, su forma sincera de tratar al otro mismo frente a sus propios errores, y la dedicación al trabajo duro y constante como legitimo origen de cualquier suceso. Solo con esta descripción de cualidades, vemos lo diferente que es nuestra sociedad laboral actual.

Para ser un gran emprendedor hoy, la vara está más alta, pues debe de tener las mismas cualidades humanas de aquellos emprendedores que nos antecedieron, y adicionalmente haberse formado con una disciplina académica mucho más rica, técnica, y culta. No sirve el que, no habiendo sido un buen funcionario, quiere autodenominarse jefe. Para ser un buen capitán, antes debe haber sido un buen marinero. El éxito continúa siendo el resultado del trabajo duro, donde se gana experiencia con el sudor y el esfuerzo.

Emprender en la actualidad no necesariamente significa abrir una empresa propia e independiente, también significa crear una nueva unidad de negocios, ejecutar un gran proyecto innovador, hacer camino al andar dentro de la empresa. Hoy la moderna gestión empresarial permite e incentiva que sus lideres internos tengan autonomía y responsabilidad sobre costos y resultados, casi como la tendría el dueño de un pequeño negocio.

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