La incidencia empresarial en la política


Publicado en: Última Hora
Publicado el: 09-02-21
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Por Jaime Egüez, presidente del Club de Ejecutivos

Ante la inminente llegada de los periodos electorales ya percibimos la historia que se repite cada dos años. La clase política busca siempre posicionar sus programas. Los que van  desde propuestas extremas imposibles de realizar a otras que pasan por promesas asociadas a cambios de favores en los espacios del poder.

La estructura política cuenta con organizaciones de base que en este periodo se convierten en una gran maquinaria de movilización de su electorado. El que normalmente se puede dividir en votos duros o de operadores. La inmensa mayoría de ellos se moviliza por dinero inyectado en las campañas por empresarios que apoyan a uno u otros movimientos.

Pero a su vez los votos a captar dependen de las coyunturas. Pues hay circunstancias en que los “electores” son más proclives a ser monedas de cambio de los sindicatos del Estado o bases de votación que se orientan a buscar una representatividad para conseguir un interés particular.

Al sector privado le interesa que lleguen al poder personas preparadas para articular con eficiencia, ecuanimidad y honradez la cosa pública. Personas con preparación técnica para entender los desafíos de ser concejales o mismo del intendente.  Nosotros como empresarios, como líderes empresariales, deberíamos entender que nuestro rol no pasa únicamente por dirigir unidades empresariales. También nuestro rol es incidir en la cultura cívica de los ciudadanos, incluyendo nuestros empleados.

El primer camino para conseguir un voto más reflexivo, con más información y con una mayor posibilidad es poner énfasis en que sean electos los más calificados, especialmente aptos para los respectivos cargos. Ya a partir de estas elecciones de internas se permitirá el voto abierto, por lo que existe la posibilidad de que personas mejores se presenten como alternativa política.

¿Pero qué hacemos nosotros como líderes empresariales?  No es necesario hacer campaña política para cambiar el país. Pero sí podemos hacer campañas cívicas en nuestras empresas y comenzar a transitar el camino de involucrarnos en la toma de decisiones. Después de todo en el voto está la diferencia. Y para esto necesitamos personas que hagan mínimamente una reflexión de qué implica un programa político.

Y siempre poniendo en primer lugar los intereses generales del país, su desarrollo y el bienestar de todos.

Las empresas pueden ser un gran vehículo de gestión para la información sobre los candidatos, los alcances de las propuestas y de las necesidades reales e históricas del país. Ello podrá contribuir a  una mejor decisión.  Si consideramos la capacidad de movilización de personas en el sector formal de empresas, estamos casi un 40% de la masa de electores, sumando los grandes centros urbanos. 

Los partidos políticos actuales están atravesando un periodo de reconstrucción y readecuación de cómo llegan sus mensajes a los ciudadanos. Algunos partidos lo están haciendo mucho mejor que otros, pero en esencia esta debilidad transitoria puede ser abordada por el sector empresarial. En efecto, como una oportunidad de construir incidencia política desde la perspectiva del elector más racional propiamente dicho. 

Cuánto puede significar que los líderes de las empresas, despojándose de intereses egoístas y con genuino espíritu de bien común, sean los que den charlas sobre propuestas electorales, sobre el perfil de los candidatos. Cuánto puede significar que el número uno de una entidad hable de su visión sobre tal o cual propuesta.

Lo que precede, supone entender sociológicamente que los empresarios, en tanto líderes empresariales, tienen un peso enorme en sus respectivos grupos de trabajo. Y no están limitados a las funciones económicas. Por tanto, seamos más responsables con el país. Involucrémonos en formar cívicamente a nuestros empleados, tal como necesitamos de decisiones políticas para construir un mejor Paraguay.

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