Lecciones de la querida Albirroja


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Publicado el: 01-07-24
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Por Salim Salemma, socio del Club de Ejecutivos 

El Fútbol en el Paraguay es el deporte Rey, la disciplina deportiva que más despierta pasiones. Nos encontramos a finales de junio del 2024, al tiempo de escribir este artículo se está jugando la Copa América y la selección paraguaya viene de perder en su debut.

Soy de la generación que vivió de cerca la gloria de la selección nacional desde las eliminatorias previas al mundial de Francia 98. Por un periodo de casi 2 décadas disfrutamos de una selección nacional sólida, con identidad fuerte, cosechando clasificaciones a 4 mundiales de manera consecutiva, medalla de plata en los juegos olímpicos, y otras posiciones destacadas. Pero ¿qué paso en la última década con la selección paraguaya de fútbol? ¿Qué lecciones podemos sacar de ello?

Lejos de tener las respuestas técnicas deportivas de diversos factores que han afectado al desempeño de la querida Albirroja, me gustaría enfocar este análisis en aquellas fortalezas que dieron a la selección paraguaya el éxito en el pasado reciente y ver cómo esta analogía puede ayudar a nuestras organizaciones.

“Centro, cabeza y gol”, “la muralla defensiva”, “excelente arquero”, “el juego aéreo”, fueron nuestras principales fortalezas. Siempre conto con jugadores habilidosos en defensa y en la marca. Paraguay ha tenido asimismo jugadores hábiles. Nuestro éxito radicó en las virtudes señaladas. Sin embargo por ahora hemos perdidos esas potencialidades.

Paraguay siempre fue fuerte en lo ya mencionado, una de sus debilidades fue el juego con el balón y en busca de esa habilidad se perdieron aquellas fortalezas que le hicieron una selección temida por grandes potencias mundiales. En nuestras empresas muchas veces nos sucede algo similar. Enfocamos bastante tiempo en nuestras debilidades y menos  en entender en lo que somos relamente muy buenos. Esto puede ser peligroso, no tomar conciencia de qué es lo que nos hizo llegar a donde llegamos, cuál fue aquella característica que nos dio el éxito, nos puede costar el campeonato.

Quiero remarcar que trabajar en nuestras debilidades es muy importante, pero esto no debe desviar el foco de aquellas fortalezas que nos hicieron únicos, y eso en términos de mercado puede ser trágico.

Trabajemos por mejorar aquellas debilidades, pero, sin duda alguna, el foco principal de nuestra gestión empresarial debe estar en mantener y potenciar aquellas cosas que nos dieron el éxito y la fortuna.


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