Necesitamos unión en la adversidad


Publicado en: La Nación
Publicado el: 24-08-19
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Por Laura Ramos, socia del Club de Ejecutivos.

El hecho que 163 gremios se hayan nucleado el pasado martes no ha sido casualidad. Poder tener un interés común tan aglutinante es porque realmente la situación apremia y preocupa. Hay que entender que así como dentro del sector público es difícil que todos tengan un norte en común, esto mismo pasa en el sector empresarial. Pero en este momento se ha llegado a instancias tan alarmantes para todos los sectores, que inevitablemente todos se han sentido afectados de igual manera y en gran proporción. Poder reunir fuerzas luego de 11 años en el sector privado nos hace ver claramente que estamos ante un estado de preocupación real y latente.

Este hecho de unión dentro del sector empresarial nos da una garantía de tener una fuerza que vele por los intereses de la ciudadanía, donde funja de contralor ante las actitudes y equívocos de la clase política, donde en ciertas situaciones se olvidan que están dejando al país sin rumbo y sin un manejo claro de cómo será la perspectiva futura. Este control por parte del empresariado es crucial para poder encarrilar dos aspectos fundamentales para la nación como lo son el respeto a la institucionalidad y el fortalecimiento económico, los cuales son dos caras de una misma moneda. No podemos dejar que intereses sectoriales políticos dejen al país en una inestabilidad institucional y para peor un caos extendido por varios días donde mientras tanto se ve cómo se derrumban esfuerzos de construcción de credibilidad económica que llevaron años en formar.

Dentro del manifiesto expuesto por los 163 gremios es claro y contundente el mensaje en que se marca y reitera que se deben generar las condiciones adecuadas para impulsar el desarrollo sostenible en el Paraguay. Como podemos ver esto debería ser el objetivo de todos, ya que la economía es una cascada que tarde o temprano afecta a todos los sectores, incluidos el político también. Un ejemplo claro de esto es el contrabando, donde si una persona piensa que no le va a afectar por estar en un sector no relacionado con el comercio de productos de consumo masivo a la larga se dará cuenta que ese ingreso de mercadería informal al país afecta a la caída de las recaudaciones de impuestos. Ello, porque los productos informales no los pagan. Al tener menos recaudación de impuestos es menor la inversión en infraestructura que puede hacer el gobierno. También se verán afectados los medios de comunicación, ya que los formales tendrán menos inversión publicitaria por sus bajas ventas, los supermercados tendrán menor venta y, por lo tanto, tendrán menor contratación de personal. Y así podemos seguir hasta tocar todos los sectores de la economía, que en principio podían no sentirse afectados pero a la larga lo sufren.

Es por esto que debemos estar todos atentos y trabajar en conjunto para que el barco esté sólido, sin grietas, y que tenga un capitán con todo el apoyo necesario para poder atravesar las crisis internas. Y como si estas fueran pocas, también están los factores externos por cambios que se vienen y ya se están sintiendo en las economías de los países vecinos que tan rápidamente nos afectan.

El sector empresarial es crucial en el cuidado del patrimonio más importante que tiene el país, que es la construcción del Estado de derecho, y a no dejar que lo pongan en juego por una puja política del momento. El progreso del país debe estar por sobre todo interés sectario.

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