No ignoremos a Paraguay


Publicado en: La Nación
Publicado el: 07-04-18
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Por Gabriela Teasdale, socia del Club de Ejecutivos.

"A una nación se la conoce por los hombres que produce, pero también por los hombres a quienes honra”. A pocos días de las elecciones generales, me retumba esta frase de John F. Kennedy… y me lleva a reflexionar si estamos realmente orgullosos de los líderes que nos representaron y nos representan. A la vez, si pensamos con seriedad que el país se merece aquellos líderes que nos representarán.

Estamos a las puertas de una de las contiendas electorales más apáticas en la historia de la democracia paraguaya. Eso nos tiene que llevar a analizar nuestro rol como ciudadanos y el ejemplo que estamos dando a futuras generaciones. Cerca de 300.000 jóvenes podrán votar por primera vez en estos comicios, pero el pronóstico es que un porcentaje ínfimo lo haga. ¿Qué mensaje estamos dando y recibiendo sobre la elección de los líderes que tendrán en sus manos la posibilidad de transformar nuestra nación? ¿Qué clase de ciudadanos estamos formando, considerando que muchos, en el futuro, ocuparán esas posiciones de liderazgo clave?

Recuerdo que hace un tiempo una estudiante de la escuela de liderazgo se quejaba del colectivo con el que llegaba a las clases. Porque no pasaba a tiempo, porque el conductor conducía de forma temeraria, por la suciedad dentro del vehículo… un día, después de estar un tiempo con nosotros, dejó de quejarse y comenzó a buscar una solución. Averiguó sobre un servicio diferenciado, buscó otras líneas que aunque pasaban más lejos de su casa, ofrecían un mejor servicio y algunos días venía en auto con una compañera. Solo cuando se involucró para buscar una solución en vez de quejarse pudo mejorar.

Lo mismo pasa con los políticos y la administración del Estado. Podemos quejarnos de la infraestructura, de la educación, del pésimo servicio sanitario. Pero también podemos involucrarnos para elegir líderes con capacidad de gestión, que trabajen por un Paraguay mejor.

La transformación se da cuando los líderes dejan de lado su ego y la búsqueda del poder per se, y son capaces de enfocarse en las personas que habitan un país, cuando trabajan sabiendo que todo lo bueno o lo malo que se haga repercutirá negativa o positivamente en cada una de estas personas, cuando dejan de lado los discursos y empiezan a trabajar duro por su pueblo.

A una nación le hace grande su gente, ¿estamos demostrando esto? Aspiremos a avanzar siempre y examinemos nuestras acciones, porque las decisiones que tomemos hoy afectarán nuestro mañana. Pensemos en los cinco años que tenemos por delante, busquemos y exijamos lo mejor, ya que ignorar una situación tan importante como la que vamos a vivir en los próximos días es ignorar la vida de los 7 millones de paraguayos. Debemos involucrarnos como ciudadanos. Queda mucho por corregir pero lo relevante es empezar a hacerlo. Lao- Tse decía: “un viaje de mil millas comienza con un primer paso” y ese viaje no lo hacemos solos, lo hacemos como pueblo unido que paso a paso logrará lo mejor. Y para todos.

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