Nos piden un cheque en blanco


Publicado en: La Nación
Publicado el: 27-04-19
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Laura Ramos, Socia del Club de Ejecutivos del Paraguay.

Tal como leímos las noticias de las últimas semanas, la reforma tributaria estaría a punto de presentarse. Sin embargo, sería objeto de modificaciones necesarias para poder tener el sello de respaldo del sector empresarial. Si bien, la mayor parte de los artículos reformados están dentro de lo acordado entre el sector público y el privado, faltaría consensuar el blindaje de los recursos generados por el incremento de impuestos, además de la mejora del gasto público.

Y ¿por qué el sector empresarial está empecinado con estos dos ítems a ser consensuados? Es muy fácil de ver en la opinión pública, y no solo el sector empresarial, el hastío sobre las reiteradas publicaciones dentro de los medios de comunicación sobre los abusos desde el sector público  en sobrefacturaciones, planillerismo, nepotismo y despilfarro de los recursos públicos. Todos estos recursos mal gastados provienen del esfuerzo y contribución ciudadana, y esta es una ciudadanía que deja de utilizar en bienes o consumo propio para cumplir con sus responsabilidades cívicas y  en pagar sus impuestos. Ahora bien, cuando uno hace un esfuerzo y da parte de  la remuneración de su trabajo a contribuir con el carnaval de gastos en el sector público genera una impotencia y desánimo generalizado. Y esto se acrecienta aún más cuando con una reforma tributaria aumentan las tasas o por otro lado restringen las deducciones por lo que tiene un efecto final igual que un aumento de tasas ya que termina pagando más.

Por otro lado, además del mal gasto de los recursos públicos, tendríamos a través de la reforma un aumento de ingresos para las arcas del Gobierno, lo cual debe ser necesariamente direccionado a rubros justificados y blindados. Estos gastos blindados son tan necesarios como el mejoramiento del gasto, pero si nos concentramos en el blindaje y en direccionar el aumento a  los ingresos destinándolos a educación o salud, la ciudadanía sería la primera en apoyar así como ya lo ha hecho anteriormente. Tener una inversión mayor en educación o salud es una necesidad básica y un clamor popular puesto que no faltan situaciones de deficiencias con las que vivimos dentro de estos sectores sociales.

El problema está en que tanto el mejoramiento del gasto como el blindaje de los nuevos recursos son ideas que están en análisis y no tienen un plan concreto ni fechas de presentación. Ahora, por otro lado, la reforma sí tiene un apuro imperante y aplicación urgente según sus promulgadores. Lo que no queda claro es porqué hay tanta urgencia en presentar el proyecto de reforma tributaria que sería el aumento de lo recaudado si no hay un plan concreto de su destino, además del blindaje de otros destinos comunes como lo es el aumento de los gastos rígidos.

La ciudadanía está cansada de entregar cheques en blanco, y el hecho de aprobar una reforma que conceda aumentos en las recaudaciones a través del incremento de impuesto o de restricciones que inciden en mayor tributo, hace que entreguemos un cheque sin saber dónde se va a depositar. Es demasiada confianza la que uno tiene que tener sobre un futuro, de mediano o largo plazo, en el que ese cheque se depositaría en la cuenta correcta. Sobre todo, cuando los que deciden donde depositarlo son los que tienen intereses encontrados, ya que necesariamente estas reformas deben pasar por el Congreso.

Ojalá podamos darle tanta prioridad al destino de estos fondos como el que se le está dando a la creación de estos nuevos fondos. No queremos más cheques en blanco.


Artículo publicado el 27 de abril de 2019 en el diario La Nación

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