Piedras que solo nos hunden


Publicado en: La Nación
Publicado el: 07-09-19
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Por Matías Ordeix, socio del Club de Ejecutivos.

Vivimos en un país, quizás en una sociedad global, donde la crítica destructiva es la constante. Es una pena ver noticieros, leer la prensa o incluso compartir un tweet,  donde lo malo, lo negativo y el pesimismo, están desafortunadamente presente. Vivimos en un Paraguay donde las buenas noticias salen en chiquito en algún lado, son poco comunicadas y muchas veces menospreciadas. ¿Por qué se da esto, tenemos un problema de autoestima patriótico?

¡Vamos paraguayos, tenemos un hermoso país que queremos ayudar a levantar! Que tiene efectivamente problemas, pero nosotros somos parte de la causa de los mismos, somos paraguayos que debemos colaborar con la construcción una mejor nación. Estoy cansado de solo escuchar plagueos de gente que está todo el día criticando, y cuando le piden una mano dice “ah no eso no es mi responsabilidad, para eso están otros”. ¡Qué fácil es echarle culpa a los demás, qué fácil es no hacernos cargo de nuestra responsabilidad como ciudadanos!

Entonces o te quedas callado, o colaboras si deseas un cambio. Siempre habrá espacio donde puedas incidir en forma constructiva. Podrías tan siquiera participar de las reuniones de tu comisión vecinal. O donar un poco de tiempo a tantas organizaciones de la sociedad civil que te abrazarán ante un mínimo aporte, de ideas y trabajo. El país se construye entre todos, no solo los políticos son los responsables de nuestra enfermedad.

¿Ganamos algo si solamente nos dedicamos a “tirar piedras” todo el tiempo? Qué tal si además de criticar --que quizás sirva  a veces-- nos remangamos un poco la camisa, y manos a la obra. Qué tal si en lugar de llorar por cuanta pobreza hay en nuestro país apoyamos a la gente que menos tiene, con capacitaciones, educación, oportunidades. ¿Y qué pasa con los empresarios de la “vieja escuela” donde solo el lucro es su interés principal? Será que estas empresas con sus productos o servicios subsistirán a las nuevas tendencias de la sostenibilidad y el triple impacto. Creo que no, a condición de que se transformen…

Es cierto, tenemos mayoritariamente una clase política anacrónica, con bajísimo nivel de preparación, mucha corrupción e inoperancia.  Pero con qué cara nosotros les exigimos a nuestros elegidos si, por un lado, no somos lo debidamente “transparentes” que deberíamos ser y, por otro, no apoyamos los proyectos transformadores positivos que pueden ir de a poco transformando al país.

Es hora que además de apedrear, también acompañemos al Gobierno en tareas y reformas que realmente todos coincidimos son importantes y urgentes. Dejemos de lado nuestras banderas, celos o rencores, cuando algo está bien encaminado seamos voceros de las buenas noticias, difundamos y apoyemos trabajando en nuestra construcción como nación. El Gobierno ha cometido errores, si efectivamente, pero, ¿ganamos algo si seguimos intentando hundir más a nuestros gobernantes? O mejor, le marcamos los errores pidiendo que no se repitan,  y, por nuestra parte, ayudamos a construir el país que tanto soñamos.

No perdamos la esperanza, la fe es un mejor horizonte para el país que amamos. Pero por arte de magia las cosas no sucederán, con crítica destructiva menos. Sin embargo, en algo estoy seguro: todos requieren ayuda, y estemos ahí para colaborar desde donde nos toque a empujar este hermoso y gran carro que se llama Paraguay.



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