Reflexión y conocimiento ante difíciles decisiones


Publicado en: La Nación
Publicado el: 31-08-19
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Por Jaime Egüez, director del Club de Ejecutivos.

Estamos sintiendo que cada mes se nos apagan un foco más los que alumbraban la progresiva economía paraguaya. Hemos sido testigos de tantos irresponsables que solo atinaron a tirarle piedras a las pocas luces que aún quedaban. Hemos asistido al irrazonable sentido del suicidio colectivo detrás de ideas surrealistas de milagros posibles amparados solo en la verba de algunos políticos o analistas mediáticos. Ante estos hechos a los que nos levantamos cada día a cargarnos al hombro al país, generando puestos de trabajos, negocios e ingresos para alimentar la economía que nos nutre de dignidad a todos, ¿hemos reflexionado si lo más lógico cuando sentimos que todo se va poniendo oscuro es justamente buscar a quiénes tienen una linterna para nos dirijamos a buscar la solución y la salida de esta coyuntura?

No es para nada razonable o de sentido común buscarlo al que tiene coyunturalmente la linterna que nos permite encontrar una salida,  atacarlo para sacarle la linterna y eventualmente entregarle a un posible candidato que carece del músculo de entender rápidamente el contexto, las causas, las medidas posibles para poder salir de esta circunstancia pasajera.

La coyuntura actual del Equipo Económico liderado por el ministro Benigno Lopez es bastante seria, con un sinnúmero de circunstancias que nos han puesto en una situación que en años no la tuvimos pero que hoy la enfrentamos. El cierre fiscal que nos expone a una coyuntura de parar las inversiones que permiten una reactivación para no superar los limites de la Ley de responsabilidad fiscal, la caída de la mayoría de los indicadores de actividad económica que se traduce en una merma real de ingresos planificados, han puesto mucha presión al equipo. El contexto regional y otros que se nos han sumado en estos meses.

Pero entendamos que en estos momentos si tenemos un grupo humano liderado por una persona que tiene una capacidad de reflexión y conocimiento que es la más elevada para la coyuntura actual, lo lógico es apoyar su continuidad y permanencia para salir consistentemente por el camino que supere la circunstancia temporal.

Las políticas económicas, las iniciativas o reformas y los resultados de la gestión de la Cartera de Hacienda tienen impacto en nuestra sociedad en muchos años para adelante, así como en el presente.  Por esto es crítico que busquemos a los que primero están comprometidos con el desarrollo del país a mediano y largo plazo con una agenda basada en la toma de decisiones sustentada por el mayor nivel de conocimiento real del manejo de la Economía del Paraguay. No se puede administrar el país desde las graderías, hay que estar en la misma cancha. No se puede cambiar en la mitad de la noche a quien tiene la linterna y nos guía a una salida. La irresponsabilidad que en estas últimas semanas se ha puesto en la vidriera un posible candidato a ministro de Hacienda, es de no entender que la persona no hace a la respuesta o cambio de situación. Problemas complejos requieren soluciones complejas y las mismas no son mágicas ni de inmediata solución.

Es momento de usar el sentido común, dejar que la economía paraguaya que ha demostrado ser altamente resiliente se puede sostener y recuperar siempre y cuando entendamos que la receta que nos ha servido todos estos años de crecimiento es que los intereses políticos y personales queden fuera de la mesa económica.  Debemos dejar de tirotear y ser parte de la solución. El sector privado, que ha sido el motor principal del despegue económico, es aún el principal aliado que el Gobierno actual o cualquiera en el futuro debe tener para que recuperemos lo que hemos resignado por muchas razones este último año en un tiempo muy rápido.  No es momento de ser tibios ni ser paranoicos. Es un momento de abroquelarnos, de sentirnos parte de la solución y apoyar al equipo que está sujetando fuerte el timón de las alternativas disponibles para claramente apostar a la reactivación económica. El dinero debe llegar a la gente y esto solo se consigue con trabajo no cambiando al ministro de Hacienda.

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