Sin transformación tecnológica, no hay futuro

El cambio cultural es el verdadero motor de toda evolución empresarial

Por Katy Guillén, socia del Club de Ejecutivos 

Las empresas que desean consolidarse y asegurar su permanencia no pueden postergar el salto hacia la transformación digital. Este proceso es indispensable para su supervivencia, fortalecimiento y crecimiento.

El desafío no se reduce a la incorporación de la tecnología en todas las áreas del negocio. Implica reimaginar cómo se opera, cómo se interactúa con clientes y aliados, y —sobre todo— cómo se comunica dentro de la organización.

La transformación digital no se produce de un día para otro. Puede tomar meses o incluso años. Requiere un cambio cultural profundo, así como la preparación de los colaboradores para subirse a esta ola. Es clave fomentar una mentalidad abierta al cambio y a la innovación, y capacitarlos para que puedan utilizar nuevas herramientas con confianza.

Los cambios en la manera de hacer las cosas pueden generar temor, especialmente cuando la digitalización es percibida como una amenaza para los puestos de trabajo. Ante esa eventualidad, los beneficios deben ser visibles también para los equipos, para que se conviertan en parte activa y comprometida del proceso.

Los emprendedores que apuestan por la transformación digital necesitan agilidad, destrezas, flexibilidad y capacidad de adaptación. Deben adquirir competencias blandas y actualizarse de manera constante.

En tiempos volátiles e inciertos como los actuales, el empuje, la creatividad, la capacitación y la incorporación de tecnologías son ingredientes esenciales para que las empresas puedan trascender.