Por Raquel Dentice, socia del Club de Ejecutivos.

Conformar equipos que lideren el proceso continuo y estructurado.

Con énfasis, siempre destacamos que la innovación tiene el propósito de convertir nuevas ideas en valor. Y es el resultado de una cultura impregnada por su ADN, como un proceso continuo, sistemático y medible, con colaboradores y líderes convencidos de su relevancia para la compañía, los equipos y el entorno.

La innovación se vive como un proceso estructurado que garantiza la explotación (eficiencia operativa, núcleo del negocio) y la exploración, generando nuevas oportunidades de crecimiento diferenciales.

La pregunta aquí es: ¿Cómo iniciar la etapa de activación? Un paso necesario a dar es el de dotar a la empresa de un órgano formal con la misión de desarrollar la capacidad de exploración organizacional, para diseñar estrategias, establecer prioridades, definir indicadores, impulsar y generar las condiciones para que la innovación ocurra. Normalmente son denominados “Comités de Innovación”, y se encuentran conformados por un equipo interdisciplinario y diverso de colaboradores que representan áreas estratégicas de la organización.

Este comité vincula a la dirección con el resto de la organización, siendo la primera responsable del proceso y en conjunto definen y validan estrategias, políticas y acciones. El comité tendrá a su cargo aleccionar, implementar una constante vigilancia del entorno, generar redes de vinculación con el ecosistema de innovación organizacional y promover la cultura de innovación en toda la organización.

La innovación poco a poco se convertirá en un hábito institucional; sostenible en el tiempo. Por este motivo, desde Innovis afirmamos que debe ser “sistémica, construida a partir de personas, recursos, procesos conectados y enfocados en un propósito común, y sistemática, basada en conceptos, metodologías y herramientas implementadas en forma continua.”