Construyendo a futuro: acción sin planificación no es estrategia


Publicado en: 5 Días
Publicado el: 24-11-25
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Construyendo a futuro: acción sin planificación no es estrategia

Para algunos, es esa época del año en la que nos ponemos a escribir el “Plan Estratégico” del siguiente año. Para otros, quizá lo están mirando a más largo plazo. Y para algunos más, la idea es simplemente “hay que salir a vender, no hay tiempo para planes nunca”. Ya podemos imaginar cuál de todos vivirá con más ansiedad. Y es que, en esa búsqueda, muchos confunden táctica con estrategia.

Armemos el mapa, sabiendo que el mapa no es el terreno.
Si tenemos que pensar a largo plazo, primero debemos entender por qué y para quién estamos haciendo lo que hacemos: nuestro propósito alineado con nuestros valores. Sobre esta base, todo se vuelve más claro. La estrategia es el compás que nos mantiene en rumbo, incluso cuando el terreno cambia por cuestiones del mercado, competidores u otros factores. Las tácticas son las acciones que ajustamos en el camino para avanzar hacia lo que definimos.

Para definir ese mapa de trabajo, conviene tener un GPS disponible: Goals, Priorities, Strategies (Metas, Prioridades y Estrategias). Y, por supuesto, estar listos para reaccionar con planes B, C, D, etc., sin perder el norte estratégico.

Al decidir dónde jugar, una alternativa es entrar al “Océano Rojo”: mercados grandes, con demanda existente, donde hay que superar competencia establecida, diferenciarnos realmente y cuidar los costos de ser uno más. Si elegimos la estrategia de “Océano Azul”, debemos crear el mercado, haciendo la competencia irrelevante. Nadie más está donde estamos, y la tarea es crear y capturar esa demanda nueva, evitando convertirnos en commodity o competir por precio como principal factor.

En la estrategia es clave entender los tiempos, los sistemas, los “juegos y jugadores” del mercado y, principalmente, a nuestro consumidor ideal. El cliente siempre tiene la razón, pero solo si primero sabemos exactamente quién queremos que sea ese cliente. No todos lo son.

La priorización siempre debe mirar al largo plazo, buscando un balance entre performance a corto plazo y construcción sostenida. Las acciones de hoy deben facilitar el futuro. A largo plazo construimos confianza; a corto plazo, solo transaccionamos.

La estrategia puede nacer en la visión de una sola persona, pero debe ser expuesta a un círculo de confianza que nos ayude con retroalimentación y refinamiento, haciéndola más efectiva y eficiente.

Porque, al final, la estrategia no sirve para adivinar el futuro, sino para asegurarnos de que, pase lo que pase, no nos agarre improvisando.

A la par recordemos que: “Sin estrategia, la ejecución carece de rumbo. Sin ejecución, la estrategia no sirve de nada.” - Morris Chang



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