Desarrollar el Talento Humano como motor de la competitividad


Publicado en: La Nacion
Publicado el: 05-10-25
/ / Desarrollar el Talento Humano como motor de la competitividad

Liderazgo adaptativo  en la Era de la IA: 

Desarrollar el Talento Humano como motor de la competitividad

Por Raquel Dentice, Directora del Club de Ejecutivos del Paraguay

Mirar el tsunami de la inteligencia artificial y no sentir un poco de vértigo es casi imposible.  ¿Verdad? Vemos cómo la tecnología avanza a una velocidad que desafía nuestra capacidad de planificación. Pero una vez que pasa ese primer impacto, nos queda una certeza reveladora. Y es esta disrupción que, en realidad,  se convierte en nuestra mayor oportunidad para volver a lo esencial.

La verdadera revolución no está en el silicio, sino en revalorizar el talento latente que ya tenemos en casa. La IA es una herramienta formidable, un copiloto que puede encargarse del análisis pesado y la optimización de procesos. Pero el motor que nos hará únicos y competitivos hoy es puramente humano: la profundidad de nuestras emociones y habilidades para conectar con un cliente, la calidad de nuestras interacciones para innovar en equipo y la empatía en nuestras relaciones para construir confianza. Nuestros balances no lo reflejan, pero el potencial de nuestra gente es nuestro activo más valioso.

Frente a esta realidad, nuestro rol como líderes ha mutado para siempre. Ya no alcanza con ser buenos gestores de tareas. Hoy debemos ser arquitectos de ecosistemas de talento. Un arquitecto diseña espacios para que la gente viva, prospere y tenga experiencias inolvidables. Nuestra misión es la misma: diseñar un entorno donde nuestro equipo pueda crecer, experimentar y desplegar todas sus potencialidades.

Esto significa que nuestra pregunta del lunes por la mañana ya no es solo "¿qué hay que hacer esta semana?", sino "¿quién de mi equipo puede crecer con este nuevo desafío?". Invertir en la re-cualificación (reskilling) y el perfeccionamiento (upskilling) de nuestros colaboradores deja de ser un gasto de RRHH para convertirse en la más estratégica inversión en I+D+I (Investigación, desarrollo e innovación). Estamos, literalmente, inventando nuestra fuerza laboral del futuro.

Este nuevo paradigma exige un liderazgo diferente. La formación de líderes hoy es menos cómo enseñar "qué hacer" y más sobre desarrollar la capacidad de "aprender a aprender". Aquí es donde el concepto de Liderazgo Adaptativo se vuelve nuestra herramienta fundamental. Pensemos en esto: un mapa es útil solo cuando el terreno es conocido y no cambia. Nuestro terreno, el mercado actual, se redibuja cada día. Un mapa queda obsoleto al instante. Una brújula, en cambio, siempre funciona. El liderazgo adaptativo nos enseña a usar esa brújula: nuestro propósito, nuestros valores y nuestra capacidad de movilizar al equipo para que enfrente colectivamente los desafíos complejos sin una solución obvia.

Para lograrlo, dos acciones se vuelven nuestro norte:

1.    Declarar la cultura de aprendizaje como una prioridad estratégica. El cambio más importante es de mentalidad. Significa admitir en una reunión: "esto no lo sé, vamos a investigarlo juntos". Esa simple frase tiene más poder para crear una cultura de aprendizaje y seguridad psicológica que mil plataformas online. Se trata de liderar con el ejemplo, siendo los aprendices más curiosos de la organización.

2.    Comunicar una visión y un propósito fuertes. En tiempos de cambio, la gente necesita un ancla. Un propósito claro actúa como esa ancla, dando estabilidad y coherencia. Permite que cada persona, desde su puesto, tome decisiones alineadas con la visión global, sin necesidad de micro-management.

El talento que impulsará el futuro de nuestras empresas ya almuerza en nuestros comedores y camina por nuestros pasillos. Nuestra misión es cultivar ese espacio donde la tecnología potencia y la humanidad conecta. Forjemos líderes que no reparten mapas, sino que entregan brújulas. Al final del día, de eso se trata: de navegar la incertidumbre con la confianza puesta en la infinita capacidad de nuestra gente. Así en la empresa y así también en el Estado.


COMPARTE ESTE ARTÍCULO