El gran desafío: pasar del crecimiento al desarrollo

Salim Salemma, socio del Club de Ejecutivos 

Paraguay es un país ideal para vivir a quienes les va muy bien económicamente. Cuenta con regiones modernas donde se puede vivir con un costo de vida bajo, con seguridad privada, transporte propio, seguro médico privado y buenos colegios. Uno puede habitar la nación paraguaya y conocer muy poco al Estado paraguayo. 

Somos reconocidos por haber crecido de manera estable en Latinoamérica, con un orden macroeconómico y buena gestión fiscal. Sin embargo, seguimos siendo un país con desigualdad importante y con un Estado aún deficiente en servicios públicos, además de su baja calidad. ¿Dónde está el problema?

Existe un problema porque el límite está muy cerca. Sin infraestructura vial, aérea y fluvial a nivel país, sin tecnología de vanguardia y con un capital humano poco formado en comparación con la región, las desventajas frente a otros países se amplían. Debemos cuidar el crecimiento macroeconómico y el orden fiscal, pero con el desafío de pasar de un país que crece a un país que se desarrolla de manera integral. Para ello, visualizamos algunos ejes:

1.    Inversión pública en infraestructura: necesitamos rutas de acceso seguro y rápido para una logística ágil e interconectada. La vía oceánica abre una puerta enorme: Paraguay conectará el Atlántico con el Pacífico. Es necesaria una ley que garantice un porcentaje mínimo del presupuesto general de la nación destinado a una infraestructura moderna, con una normativa clara y auditable. 

2.    Transporte público: requiere una adecuación urgente. No basta con mejorar lo existente; debemos sumar trenes y sistemas modernos. Es inadmisible que Paraguay haya tenido un sistema de trenes en la década de 1850 y que hoy, con todo el crecimiento logrado, no funcione ni siquiera el ferrocarril.

3.    Educación pública: debe ser la mejor del país, con profesores seleccionados por excelencia y vocación, y con los mejores salarios. El inglés debe ser parte central de la malla curricular para abrir oportunidades globales.

4.    Tecnología: su formación debe ser tan básica como leer y escribir. Quien no la maneje será un analfabeto laboral. Debemos invertir para que llegue a hogares y escuelas, sin que sea un privilegio de clase social.

Debemos tener cuidado con las revoluciones. Paraguay ha crecido de una manera inimaginable y eso debemos cuidarlo. La palabra correcta es mejorar y dar un salto, sobre la base sólida ya construida, hacia un país desarrollado. Esto es inviable si los paraguayos y paraguayas no se desarrollan. El modelo actual no debe ser reemplazado, sino más bien mejorado.

Sería muy difícil un futuro positivo en términos globales para el sector privado paraguayo sin un desarrollo sólido e integral del país.