En estos días tuve la grata experiencia de conocer a una gran empresa, a cuya gente desarrollé un programa de talleres sobre Comercio Internacional. Por suerte, mi capacidad de asombro de todo lo que logra la industria nacional, se renueva constantemente.

Más grato aún fue ver a nuevas generaciones, siendo conscientes que, en un mundo cada vez más globalizado, las industrias paraguayas enfrentan el desafío ineludible de estructurar su área de comercio internacional si desean mantenerse competitivas. En particular, las empresas industriales deben poner un énfasis especial en su capacidad exportadora, ya que es en los mercados externos donde se pueden encontrar las mayores oportunidades de crecimiento.

El comercio internacional no es solo una extensión del negocio local. Es un área especializada que requiere de una estructura clara, con recursos humanos debidamente capacitados y procesos optimizados. 

Uno de los mayores retos que enfrentan las empresas en el proceso de internacionalización es el constante cambio de normativas y regulaciones. Las reglas que gobiernan el comercio internacional, como los requisitos fitosanitarios, las certificaciones de calidad y los estándares específicos de cada producto, varían significativamente entre regiones y cambian con frecuencia. Esto requiere que la capacitación continua sea un imperativo para las empresas que deseen estar al día con las exigencias de sus mercados objetivos. 

Un aspecto crítico dentro de este ámbito es el conocimiento profundo de las barreras paraarancelarias, especialmente en el Paraguay por su condición de país sin litoral marítimo. Estas son medidas que los países imponen para proteger sus industrias locales sin recurrir a aranceles tradicionales, como cuotas de importación, normas técnicas estrictas o requisitos sanitarios y de seguridad. El impacto de estas barreras es muchas veces más significativo que el de los aranceles y puede suponer un obstáculo decisivo para la entrada en nuevos mercados. 

No obstante, la internacionalización va más allá de cumplir con regulaciones. Uno de los propósitos fundamentales de cualquier empresa que quiera crecer en el ámbito exportador debe ser la prospección constante de nuevos mercados. Esto no solo implica identificar oportunidades donde ya se tiene una ventaja competitiva, sino también estar atentos a tendencias emergentes, preferencias de los consumidores y condiciones macroeconómicas que puedan hacer atractivo un mercado en particular.

Todas las ventajas con que contamos, y con las que salimos a vender la marca País, serán insuficientes si las empresas industriales no invierten adecuadamente en la estructura y los recursos necesarios para desarrollar sus áreas de comercio exterior.

En resumen, el éxito exportador para las empresas industriales en Paraguay dependerá en gran medida de la capacidad que tengan para estructurarse correctamente en el área de comercio internacional, capacitar continuamente a su personal, y destinar esfuerzos estratégicos a la prospección de nuevos mercados. Solo así podrán aprovechar plenamente las oportunidades que el mundo ofrece y lograr un crecimiento sostenible en el tiempo.