Grado de inversión, la visión de Fitch Ratings


Publicado en: La Nación
Publicado el: 21-05-23
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Por Matías Ordeix, socio del Club de Ejecutivos.

Esta semana participé de una excelente presentación de Fitch Ratings sobre el “grado de inversión”. Sin duda, el sector empresarial está expectante cada vez que alguna de estas prestigiosas calificadoras elabora su examen.

¿Pero qué es realmente el grado de inversión? En resumen, es una evaluación de la capacidad y la voluntad de un gobierno de honrar sus obligaciones crediticias comerciales. Esta ansiada calificación que hoy ostentan en la región solo algunos países como Uruguay, Chile y Perú, puede ser altamente atractiva para el país si logra alcanzarla.

La pregunta es cuán lejos o no estamos de alcanzarla. Las noticias no son tan buenas, aunque la esperanza sigue intacta. Tengamos en cuenta que este tipo de análisis tiene sus aspectos cuantitativos más enfocados en números, y también cualitativos relacionados a procesos o formas.

Para poder resumir la presentación de Fitch la divide en 4 áreas. Primeramente, los “aspectos estructurales”, seguido por el “desempeño macro”, las “finanzas públicas” y, finalmente, las “finanzas externas”.

En lo referente a los aspectos estructurales estamos con unos rojos importantes en números como el PIB per cápita, el índice de desarrollo humano y el índice de gobernanza. En relación con el último, la buena gobernanza es el proceso por el cual las instituciones públicas dirigen los asuntos públicos, gestionan los recursos y garantizan la realización de los derechos humanos, libre de abuso y corrupción.

El desempeño macro incluye puntos como inflación, que está bastante controlada. Crecimiento y volatilidad del PIB, si bien hemos crecido tenemos años muy buenos y otros bajos, pero con buen promedio. Y también incluye la dolarización, que sigue siendo alta.

En finanzas públicas tenemos, en casi todos los puntos, notas positivas, en balanza fiscal, deuda bruta e intereses. Sin embargo, la deuda está casi toda en dólares, en un 92% y esto no es bien observado por las calificadoras.

Por último, en el cuarto aspecto vinculado a finanzas externas, también tenemos todavía camino por recorrer como en la dependencia de los commodities, cuentas corrientes y activos externos. Pero en lo que respecta a reservas oficiales, estamos muy bien.

En resumen, sigue habiendo cuestiones pendientes, no todas son claves, y quizás unas compensan con los otras, pero la tarea principalmente del gobierno entrante es desafiante. El nuevo presidente electo, Santiago Peña, y su equipo deberán aprovechar los primeros meses de gobierno (con mayoría parlamentaria) para impulsar reformas importantes que nos lleven al siguiente nivel.

Las principales áreas de trabajo están relacionadas a la mejora de la institucionalidad, con dependencias más transparentes y menos politizadas. Reformas en el sistema jubilatorio y caja fiscal. Política fiscal más estricta y con menos déficit. Promover la diversificación económica y la industrialización, para bajar la dependencia de los commodities. Y, finalmente, apostar al desarrollo en general de todo el país, mejorando la calidad de vida de su gente, en materias tan importantes como educación, salud, sobre todo en los sectores más carenciados.

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