Por Laura Ramos, socia del Club de Ejecutivos.
¿Cómo podemos hacer para salir del círculo vicioso donde las decisiones de cambio están en poder de las propias personas que no quieren que nada cambie? Es bastante desalentador el hecho de, como sociedad, tener que buscar opciones, proyectos o planes de mejoras en procesos públicos donde los afectados son la inmensa mayoría de los ciudadanos. Y tener que esperar alguna luz en la voluntad política de quienes se ven beneficiados por el statu quo muchas veces.
Por otro lado, el tango se baila de a dos, y así también en los procesos torcidos. No se debe pensar que en una situación donde existen incentivos económicos para que los procesos no mejoren, existe solo un involucrado desde el sector público. En la mayoría, sino en todos los casos, existe también alguien del sector privado siendo parte de ese esquema, quien también da apoyo a que nada cambie. Pero lo que encuentro más alarmante es que nos regimos por leyes que deben ser aprobadas por personas que de alguna manera pueden priorizar intereses políticos o populares antes que regirse por parámetros de eficiencia o mejora continua.
Y de esto último, debemos reflexionar sobre la importancia de mejorar la calidad de nuestros representantes tanto en las esferas públicas como en las privadas, porque finalmente entre ellos es que se acuerdan las reglas de trabajo donde definirán cómo se desarrollará el partido. Sobre lo que creo que hay bastante conciencia colectiva es que nuestros representantes políticos nos definen el futuro, que después no se tome una acción concreta al respecto no significa que la gente en general no sea consciente de ello. Pero sí, por otro lado, creo que en el sector privado no se es tan consciente de la importancia de sus representantes de su propio sector. Y con esto me refiero a quienes encabezan las distintas asociaciones, gremios o similares, ya que luego estas personas también deciden en nombre de otros. Creo que por la falta de dimensión de la importancia que tiene la nucleación del sector privado, y el peso que puede tener es que vemos muy poco involucramiento en general, y se cae muchas veces en los mismos representantes por largos períodos, provocando así en algunos casos un tango con el sector público.
Por un lado, la calidad de todos los representantes es fundamental. Pero además de esto es muy importante el mayor involucramiento y la conciencia de todos para que pueda existir una mayor rotación de líderes. Y de esta manera continuar con los planes trazados a largo plazo como sociedad mediante una rotación sana de las personas que tengan la responsabilidad de llevarlos a cabo. Esto permitiría que se analicen y se juzguen las gestiones una mayor cantidad de veces para realizar las mejoras a las decisiones del predecesor.
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