Las lecciones que deja Ochsi


Publicado en: 5Dias
Publicado el: 12-02-24
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Por Katty Guillen,  socia del Club de Ejecutivos 

La empresa que no está preparada para una crisis arriesga vidas y su supervivencia.

La tragedia de Ochsi fue sin duda la que más impactó en la sociedad en este incipiente año.  Es una marca fuerte, cercana, presente en las mesas paraguayas unida íntimamente a nuestro tradicional asado. Una marca que pudo imponerse a las condiciones del mercado para establecer sus propias reglas de comercialización, pero a la vez una empresa que no dio la talla para enfrentar la crisis, evidenciando que en sus 70 años de vida no supo incorporar valores centrales de enfoque en las personas, ni cuidados ambientales.

Al momento de escribir, se había perdido una vida, afectado la salud de más de 30 colaboradores que fueron internados, y se ha puesto en riesgo la salud de una ciudad y la continuidad del emprendimiento.

Desde la perspectiva comunicacional la tragedia siguió el ciclo de toda crisis: primero la confusión, presión, demanda de información, viralización, activando la alarma social para dar lugar casi inmediatamente a la búsqueda de culpables. La reacción de la empresa en dos de las 5 fases de una crisis es crucial para dar cierta tranquilidad a los afectados, a las autoridades y a la opinión pública. Aquí es donde se demuestra de qué madera está hecha.

Cuando se ha perdido una vida, simplemente no hay nada más importante, nada tan irreversible; cuando hay heridos y dolor, cuando toda una ciudad se siente amenazada, el negocio es lo último que importa.

Cuando la empresa no habla, otros toman la palabra, aumentando la confusión.  Y cuando la empresa en crisis habla, muestra con sus primeras palabras sus valores: el primer mensaje de Ochsi sorprendió agregando dolor, indignación, enojo, frustración en las víctimas, familiares y en la sociedad. Sus primeras palabras delataron sus valores primarios: la producción está bien, la culpa es de otros.

Prevenir una crisis es vital para una empresa, al igual que manejar profesionalmente su comunicación cuando se presenta. Sin embargo, si la empresa no se sustenta en valores sólidos, no existe comunicación capaz de resguardar su reputación.

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