Mejores escenarios, mismos desafíos


Publicado en: Última Hora
Publicado el: 09-12-25
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PARA TRADUCIR EL CRECIMIENTO EN DESARROLLO

Mejores escenarios, mismos desafíos

Jaime Zuñiga, presidente del tribunal de ética del Club de Ejecutivos del Paraguay

Estamos cerrando un nuevo período, como siempre más rápido de lo pensado. Y Paraguay exhibe un escenario macroeconómico sólido: crecimiento sostenido, inflación controlada y una energía competitiva que pocos países de la región pueden ofrecer. Además, grupos empresariales del exterior cuantificando efectivamente grandes inversiones, y una generación de empleo en el corto plazo. También hemos leído en estos días acerca de la reforma tributaria en Brasil, que puede, inclusive, desencadenar una mayor fuga de inversiones hacia nuestro país.

Sin embargo, para que este ciclo se traduzca en desarrollo real, el sector privado necesita condiciones que hoy todavía no están plenamente consolidadas. El desafío no es solo crecer, sino crear un entorno donde las empresas puedan invertir, profesionalizarse y competir en un mercado cada vez más exigente.

La primera condición es la previsibilidad. Los empresarios no temen al riesgo productivo, sino a la incertidumbre institucional. Reglas claras, procesos estandarizados y estabilidad regulatoria permiten decisiones de largo plazo y atraen capital. Cuando las normas cambian sin lógica o los trámites se vuelven impredecibles, la inversión se congela, o se retira. La previsibilidad no requiere grandes inversiones públicas, pero con confianza genera enormes retornos privados.

El segundo elemento es la infraestructura. Sin logística eficiente, rutas transitables, conectividad moderna y un sistema portuario ágil, ningún sector puede escalar. Paraguay posee energía abundante, pero trasladar productos sigue siendo costoso y lento. La competitividad externa depende de bajar esos costos estructurales, no de presionar a los empresarios para que absorban ineficiencias ajenas.

El tercer factor es el talento. La brecha en formación técnica, mandos medios y gestión profesional calificada limita el crecimiento empresarial. Muchas compañías, especialmente familiares, continúan operando bajo lógicas de emprendimiento y no de empresa. Profesionalizar la gestión, atraer capacidades y desarrollar habilidades constituyen hoy una urgencia para sostener el crecimiento económico.

Asimismo es indispensable fortalecer la seguridad jurídica. Ningún proyecto industrial, agrícola o de servicios de alto valor agregado se ejecuta sin garantías claras sobre propiedad, contratos, normativas ambientales y régimen tributario. La informalidad, además, distorsiona precios y castiga a quienes hacen las cosas bien.

Paraguay atraviesa un momento histórico. El mundo mira al país con interés y las inversiones regionales buscan destinos eficientes. Pero para aprovechar esta oportunidad, el Estado y el sector privado deben converger. El primero, generando reglas estables, infraestructura y servicios. Y el segundo, profesionalizando su gestión, invirtiendo en talento y apostando por la productividad y sostenibilidad.

El crecimiento del país dependerá de cuántas empresas logren dar ese salto y de cuán firme sea el entorno que las acompañe. La macroeconomía puede abrir la puerta; el sector privado, si cuenta con las condiciones adecuadas y la credibilidad en las instituciones, será quien la atraviese y transforme crecimiento en desarrollo. Habrá que ver quiénes se suben efectivamente a este tren de desarrollo, y que tan oportuno como necesario es el Estado en proveerles las mejores vías posibles.

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