No nos vencerán


Publicado en: Última Hora
Publicado el: 21-06-21
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No nos vencerán

Por Jaime Egüez, presidente del Club de Ejecutivos

Observando diariamente la cantidad de chicos que están en las calles de algunas ciudades del área Central, se puede apreciar el enorme daño de la falta de trabajo. Observando a uno en especial cabe preguntar qué nos falta ofrecerle a este niño para darle un sentido a su vida. ¿Por qué está en las calles? ¿Sus padres no tienen trabajo? Seguro que el propósito de la mayoría de los paraguayos es conseguir dignidad con su trabajo. Tener la oportunidad de poder obtener ingresos que otorguen una vida digna y con posibilidades de superación a través de los años de acuerdo con su capacidad y esfuerzo. Tener la oportunidad de construir una familia con valores que nos identifican como la solidaridad, el esfuerzo, la constancia y la resiliencia.

El índice de pobreza aumenta o disminuye de acuerdo a la capacidad de generar puestos de trabajo genuinos en un país. Es innegable que todos los paraguayos que han migrado a países con un mayor nivel de exigencia han salido adelante, y la prueba más palpable es la transferencia de fondos para sus familias locales.

Este sentir uniforme, innato, propio de nuestra población está bajo amenaza latente. Pues existe un grupo minúsculo que, so pretexto de reivindicaciones, viene presentando pseudo-soluciones a los desafíos de nuestra realidad económica. Pero si vemos muchas de las situaciones del campo verificamos que el trabajo genera ingreso. El ingreso, a su vez, condiciones dignas de vida. Una vida digna genera la capacidad de mejorar. Y este proceso ha sido constante en varios espacios de nuestra república.

Nos quieren vender el espejito que la producción del campo y de la ganadería nos empobrece, cuando la realidad es totalmente contraria. De hecho, encontramos espacios enormes en nuestro país que han prosperado a través de cooperativas, de gestión de grupos de trabajo. Por lo tanto, vemos que el Paraguay puede prosperar, pero puede si cree en su capacidad de trabajo, de respeto a las leyes, del respeto a la dignidad de las personas.

En los grandes enclaves urbanos, que han sido justamente creados por un proceso de degradación de la capacidad de crear puestos de trabajo, hay personas que necesitan una oportunidad de sentirse personas dignas, y que su dignidad sea el reflejo de lo que consiguen con su esfuerzo. Necesitamos defender y potenciar el sistema basado en el respeto a las leyes, de potenciar la inversión y la apuesta por la seguridad jurídica de la República para recuperar la confianza y multiplicar los puestos de trabajo.

Debemos potenciar al máximo esta idea de país por la cantidad de jóvenes que están entrando al mercado laboral. La riqueza de una sociedad se crea, se la construye día a día con el trabajo y la producción y productividad de quienes trabajan. Sin riqueza no hay nada que repartir.

Es preocupante en estas últimas semanas como salen, fruto del proceso electoral, las propuestas totalmente destructoras de la vigencia de nuestro contrato social. El respeto por lo que cada uno puede construir, paga impuestos y le permite no solo crecer sino hacer crecer a otros, está siendo atacado por legisladores y grupos claramente identificados con una agenda de destrucción de la República y de nuestros valores.

El mensaje que damos es que el sector privado somos todos, cada paraguayo que trabaja, cada trabajador del campo, cada empleado de la República, todos somos el sector privado. Y el mensaje para estos insensatos, incluyendo a los legisladores, que apuntan a generar caos, es claro y fuerte: NO nos vencerán. Este país fue forjado por gente que cree en su esfuerzo, y que ve con satisfacción su esfuerzo.

En efecto, con los resultados de su esfuerzo se pagan los tributos para construir políticas públicas y luego de esta obligación queremos que el resultado nos sirva para poder superarnos y tener una condición de vida digna.

Pero absolutamente ningún paraguayo o extranjero residente puede ser amenazado por un cambio de leyes que ponga en riesgo y amenace su futuro, su propiedad y sus sueños. 

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