Plan Nacional de Desarrollo 2050
Por Yan Speranza Past President del Club de Ejecutivos
Días pasados, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) presentó el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2050, un instrumento que debería ser fundamental para cualquier país, pero que muchas veces pasa inadvertido para la opinión pública.
En nuestra sociedad tendemos a subestimar los planes, especialmente aquellos que miran más allá del corto plazo. Tal vez sea reflejo de una cultura muy enfocada en lo inmediato, donde predomina la urgencia por resolver lo cotidiano y se relega la mirada estratégica. Sin embargo, si realmente queremos consolidar el proceso de modernización que vive el Paraguay, debemos levantar la vista, aprovechar nuestras potencialidades y pensar con seriedad en el futuro que queremos construir.
Planificar no es un ejercicio teórico ni un simple requisito administrativo. Es, ante todo, un compromiso colectivo con el porvenir. Significa traducir aspiraciones en metas y objetivos medibles, para poder monitorear avances, corregir desvíos y mantener el rumbo hacia una visión compartida de país.
La relevancia de la planificación está incluso establecida en nuestra Constitución Nacional de 1992, que dispone textualmente en el artículo 177: “Los planes nacionales de desarrollo serán indicativos para el sector privado y de cumplimiento obligatorio para el sector público”. No se trata, por tanto, de una opción discrecional, sino de una obligación derivada de nuestro contrato social.
Pero más allá de lo normativo, es importante preguntarse: ¿Por qué un Plan Nacional de Desarrollo es tan necesario? La respuesta tiene que ver con la construcción de sentido colectivo. Un plan elaborado de manera participativa genera un sentimiento de apropiación social: Las personas se reconocen en sus metas y sienten que forman parte de un proyecto trascendente.
Cuando un país logra consensuar una visión de futuro expresada en objetivos concretos –y no solo en declaraciones bienintencionadas–, las posibilidades de colaboración se multiplican. Surgen sinergias entre sectores y las políticas de los gobiernos de turno se ven obligadas a alinearse con una hoja de ruta que trasciende los periodos electorales. Un plan de Estado, en definitiva, evita que cada administración “vuelva a empezar” desde cero.
Además, contar con metas nacionales consensuadas convierte al plan en una poderosa herramienta de exigencia ciudadana. Nos permite pedir a las autoridades políticas públicas de calidad, coherentes con los compromisos asumidos. Un plan no solo orienta la acción gubernamental también fortalece la voz de la ciudadanía.
El proceso impulsado por el MEF ha incluido talleres y espacios de validación en distintas regiones del país, lo cual constituye un paso importante. Sin embargo, este esfuerzo debe profundizarse. Sería deseable que la clase política –nuestros representantes en el Congreso– diera el siguiente paso e incluso convirtiera el Plan Nacional de Desarrollo 2050 en una ley. Eso cerraría el círculo institucional y garantizaría su continuidad a largo plazo.
Esa eventual discusión parlamentaria podría, además, transformarse en una valiosa oportunidad de participación ciudadana: debatir qué aprendimos del plan anterior, qué ajustes se requieren y a qué metas nos comprometemos como sociedad. Los legisladores, los gremios y líderes en general tienen la posibilidad de impulsar un debate que deje huella y trascienda los ciclos políticos.
También los medios de comunicación tienen un papel clave. Difundir, explicar y mantener vivo el debate sobre el plan es esencial para que este se convierta en un referente cotidiano. Cuanto más conocidos sean sus objetivos, más fácil será que la ciudadanía los haga suyos y exija resultados.
El desafío por delante es grande, pero el momento es propicio. Si logramos que el Plan Nacional de Desarrollo 2050 sea una verdadera construcción colectiva –no solo un documento técnico– habremos dado un paso decisivo hacia un Paraguay con rumbo claro, capaz de pensar más allá del presente y de construir su propio futuro.
Últimas Opiniones
-
La élite empresarial y el nuevo Paraguay
Salim Salemma
07-09-25 -
El futuro de la CX con la IA generativa
Raquel Dentice
11-08-25 -
El Desafío e ser más productivo
Luigi Picollo
05-08-25 -
El Liderazgo Femenino: un Activo Estratégico para el Clima de Negocios
Lorena Peralta
30-06-25 -
Paraguay: polo estratégico regional
Raquel Dentice
14-04-25 -
Las empresas y los medios tradicionales
Katy Guillen
07-04-25 -
Paraguay abierto al mundo: ¿de verdad estamos listos?
Claudio Acosta
03-08-25 -
La importancia del mentoring en el sector privado
Laura Ramos
16-06-25 -
¿Qué nos va dejando el 2024?
Laura Ramos
03-12-24 -
Seguridad jurídica para crecer
Club de Ejecutivos del Paraguay
17-03-25 -
¿Estaremos mejor en el 2025?
Katy Guillen
14-02-25 -
Real Estate paraguayo: inversión altamente rentable
Salim Salemma
04-08-25 -
El 2025 augura posibilidades de crecimiento
Katy Guillen
08-01-25 -
Un video dice más que mil imágenes
Katy Guillen
22-01-24 -
CX Hubs: Los contact centers como centros de experiencia
Raquel Dentice
03-02-25