Un Congreso disociado de la realidad


Publicado en: La Nación
Publicado el: 28-11-21
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Por Matias Ordeix, socio del Club de Ejecutivos.

Los paraguayos no merecemos los representantes que tenemos. La calidad de nuestros diputados y senadores es decadente. Cada día que pasa nos sentimos menos representados, salvo pocas pero claras excepciones, que lastimosamente contamos con nuestras manos.

Los paraguayos somos gente de bien, laburantes, aguerridos, que buscamos crecer con oportunidades, que remamos contra un rio caudaloso y corriente en contra, que no nos permite avanzar. El Congreso se ha puesto a hacer todo lo contrario para lo que fueron elegidos, su imagen y credibilidad esta por el piso. Creo que muchos están haciendo ya su “agosto” porque quizás no vuelvan a ser elegidos, aunque somos tan raros y por veces faltos de memoria política, que acaso los votamos de vuelta.

Es el Parlamento contra el Pueblo, el Parlamento contra el empresario, el Parlamento contra el Paraguay, una gran vergüenza nos da. Una pequeña minoría, representada básicamente por Patria Querida, algún independiente y otros que no comulgan con el prebendarismo de los partidos tradicionales. Pero nada más, para hacerle frente a la pésima gestión parlamentaria.

Pero lo que preocupa es la apatía general de la gente, el cansancio, y la falta de caminos para revertir esta inutilidad parlamentaria. Tenemos que reconocer que no estamos encontrando el camino para hacerle frente a este gran Poder del Estado que nos quita nuestras ilusiones y sueños. No existe contrapeso interno, pues tanto el Poder Ejecutivo y el Judicial están sometidos “al juicio” del Congreso. Y desde afuera, los movimientos sociales, autoconvocados, etc., son cada vez menos oídos y poco ruidosos. El empresariado, que en su mayoría procura hacer crecer el país con más empleo e inversiones, no encuentra el verdadero camino de contrapeso frente a los atropellos parlamentarios.

Los gremios, cada uno juega en su cancha, por momentos tímidamente se juntan, hacen lobby, pero no pasa de eso. Los problemas de fondo no pueden solucionarlos desde donde les toca. Y cuando se acercan a aquellos que si tienen la lapicera, para recomendar soluciones pensando en el país, la conversación es con sordos. Los comunicados, solicitadas, ya no tienen peso, estos tigres de bengala sentados en el Parlamento tienen hambre, codicia y un egoísmo único. Primero ellos, luego ven que pueden hacer. “Que vuelva el ex presidente con la billetera”, decía un amigo la otra vez, por lo menos con los verdes muchos de ellos estaban más tranquilos, pero hoy el hambre de más y más no tiene freno. La corrupción está en niveles de locos, el contrabando peor, y la narco política creciendo.

Igualmente, no nos vamos a quedar simplemente rezando, para que papá Dios ayude a nuestro país. Debemos seguir luchando, pensando en nuestros hijos y nietos. Sea eligiendo a los mejores, apoyándolos, metiéndonos en política o activando en toda organización que pueda servir de contrapeso a este impresentable Parlamento. No nos van a ganar, el Paraguay va a tener gente mejor que nos represente, pero todo depende de NOSOTROS.

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