Vientos de cambios sobre el modelo político


Publicado en: La Nación
Publicado el: 25-09-22
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Por Mirian Rojas, socia del Club de Ejecutivos.

Las democracias latinoamericanas atraviesan una coyuntura de crisis profunda. Con instituciones ineficientes para canalizar las demandas ciudadanas y bajo crecimiento o estancamiento económico. También con empeoramiento de los equilibrios sociales y un entorno internacional donde los regímenes o liderazgos autoritarios ganan terreno.

No es lo contrario en el Paraguay que transita una inédita era democrática, aunque de muy baja calidad. Cualquier índice internacional de medición de calidad de la democracia señala que la paraguaya se ubica, en términos de rendimiento, entre las peores de la región. De hecho, la propia transición paraguaya fue capitaneada por el mismo partido político que sostuvo la dictadura durante 35 años.

Los signos de la debilidad del modelo democrático demuestran serios problemas estructurales no resueltos, con mucha ausencia de voluntad política. Los vientos futuros de los partidos políticos sufren una crisis de representatividad, generando una desconexión y frustración social que dificulta la gobernabilidad. Todo ello con la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados fragmentadas incluso al interior de los partidos. Y esta crisis se extiende también a las gobernaciones y municipios, haciendo aún más difícil la gobernabilidad, al tiempo de agravar el desprestigio de la representación política.

El Paraguay necesita vientos de cambios que demuestren la capacidad de control y el fortalecimiento del liderazgo. Le es imperioso elegir a políticos interesados en la democracia que sumen estrategias en el cambio del modelo institucional contra la corrupción. Y en un proceso que no implique la anulación de los partidos opositores mediante campañas mediáticas que desprestigian al país dejando a los ciudadanos sin un voto confiable o que ponga en peligro la vigencia del pluralismo político.

A la luz de la crisis actual, producto de la transición hacia la democracia es necesario reconsiderar la aplicación soluciones interventoras. El Paraguay es considerado siempre ineficiente en gestión con partidos políticos en continúa confrontación. La que se traduce en resultados con déficit y claramente con crisis institucional.

El proceso de intervención extranjera a través de los organismos internacionales significa un descrédito para la vigencia efectiva del Estado de derecho. Y para los líderes políticos institucionales con crisis internas muy graves con las acusaciones de corrupción y de mafias presentes en los aparatos estatales. Esta situación puede llegar a generar movilizaciones ciudadanas contra un Estado que se ha transformado en verdugo de su propia población.

Es momento de generar nuevos vientos de cambios en las futuras elecciones, exigiendo verdaderas políticas económicas. Asimismo, impulsando los derechos ciudadanos con reales estrategias que garanticen el bienestar del pueblo a largo plazo mediante el desarrollo sustentable en el marco de la globalización.

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